El espíritu del 8M resiste en Vigo: tres kilométricas columnas violetas recorren Gran Vía

Publicidad

No hay 8 de marzo sin movilización. Tampoco hay revolución sin un sueño, el anhelo de un mundo dominado por la igualdad entre mujeres y hombres. La Policía Local cifró en 995 las personas que secundaron una manifestación fue diferente a la de años anteriores, aunque posiblemente más que necesaria que nunca. La pandemia abría el debate en los días previos sobre si las calles deberían teñirse de morado en el Día Internacional de la Mujer. Es cierto que la lucha feminista no se debe reducir al 8 de marzo. Debe ser diaria. Constante. Pero las imágenes que se vivieron en 8M anteriores son una carga de simbolismo y energía que permiten visibilizar un movimiento que ha demostrado la necesidad del empoderamiento de la mujer en un momento histórico donde está emergiendo el populismo y, con él, el machismo más retrógrado.

El coronavirus provocó estar ante una movilización completamente distinta. Las restricciones que marcan las autoridades sanitarias obligaron a diseñar una manifestación donde había que garantizar la distancia social. Por ello, era necesario un cambio de itinerario. El punto de encuentro sería el mismo, Praza de España, pero el recorrido sería diferente. De dirigirse a Porta do Sol, actualmente en obras, a poner rumbo a Praza América. Las dimensiones de Gran Vía permitían acoger a esas 995 personas que, en realidad, daba la sensación de ser muchas más. De ser miles de gritos que esta tarde clamaron en Vigo por la igualdad real entre mujeres y hombres. La disposición de las manifestantes demostraba el momento covid en el que nos encontramos, con tres columnas de personas para poder mantener esa distancia interpersonal. La convocatoria fue un éxito. De hecho, muchas de las manifestantes tuvieron que dirigirse a la Avenida de Castelao para esperar a una cola de la movilización que, pasadas las 19:00 horas, estaba todavía por la mitad de la Gran Vía

La sociedad no solo lucha contra el COVID19. No debe olvidar su guerra contra otras pandemias como el machismo. Las convocantes de la manifestación de Vigo ponen el foco en el trabajo de cuidados, "que debe ser el centro y motor de la vida". La marcha de esta tarde pretende "visibilizar lo que está invisibilizado". Es decir, que la mayor parte de estas labores no son remuneradas, unas tareas que, además, suponen ahorrar costes al sistema económico actual. Las mujeres cuidan, crían a sus hijos o a sus nietos, realizan las tareas del logar, se ocupan de las personas con dependencia o cuidan las tierras.

En este "Día Internacional de la Mujer" la lucha se centra en este sector de los cuidados. "Sen coidados non hai vida!", clama el lema de la manifestación de este 8M en Vigo y en el resto de Galicia. Uno de los efectos de la crisis provocada por el COVID19 ha sido descargar estos cuidados en las mujeres. Las organizadoras de la movilización denuncian que ha habido casos de mujeres que han tenido que dejar su puestos de trabajo y, por tanto, su independencia económica para cuidar a sus hijos o a sus padres. "Estamos fartas de que o traballo no fogar, nas terras, e nos coidados funcione como un amortiguador dos efectos devastadores da crise no benestar das persoas".

Pero en la movilización de esta tarde también se reclamó mucho más que la igualdad real, el fin del patriarcado o la puesta en valor del sector de los cuidados. El 8M es luchar por un mundo mejor, donde tengan los mismos derechos las personas trans, las trabajadoras del sector de la hostelería o por un mundo más ecológico.

GALERÍA DE FOTOS

Salir de la versión móvil