La medida estrenada el pasado fin de semana de precintar determinados espacios en Vigo para atajar el botellón parece que ha dado resultado. En su segunda fin de semana de vigencia, el Concello de Vigo "da por controlado" este tipo de práctica y, al menos, ha servido para que no se repitieran las aglomeraciones registradas hace dos semanas en espacios como Praza da Estrela o Teófilo Llorente. No obstante, la Policía Local destaca que en la pasada madrugada tan solo se registraron conatos de botellón en grupos reducidos que fueron disueltos en puntos del casco urbano de Vigo como el entorno de Santiago de Vigo con Uruguay, Montero Ríos, Churruca, Irmandiños o en la zona de Rogelio Abalde. Además, los agentes también controlar los establecimientos 24 horas para impedir que vendieran alcohol en las horas en las que no está permitido.
La Sala de Comunicaciones del 092 recibió durante la pasada noche del sábado al domingo "muchas llamadas por ruidos en pisos o casas". Según señalan fuentes municipales estos ruidos eran provocados por voces o música alta de personas que estaban reunidas en domicilios particulares y que cesaban una vez que la Policía Local se presentaba en el lugar de los hechos.
Los agentes que han patrullado esta noche las calles de la urbe gallega han detecto la apertura de muy pocos locales de ocio nocturno. Hay que recordar que este fin de semana entró en Vigo en la ciudad olívica el requisito de pedir a los clientes una prueba negativa o el certificado de vacunación COVID para poder disfrutar del ocio nocturno, una medida que se extenderá a todos los concellos en nivel medio-bajo desde este martes. De los pocos establecimientos del sector abiertos, la Policía Local propuso para sanción a un bar "por varios incumplimientos".
Pese a la alarmante situación en la que se encuentra el área sanitaria de Vigo y el conjunto de Galicia ante la pandemia, las únicas medidas que entraron en vigor este sábado fue el límite de diez personas en terrazas mientras que, en el caso de Vigo, al escalar al nivel medio de restricciones, la hostelería ha tenido que limitar sus aforos a un 30% en interior y a un 50% en terraza.