El Concello de Vigo mantiene el nuevo vial entre Baruxáns (A-55) y Clara Campoamor planificado por el nuevo PXOM y que ha provocado una ola de protestas de los vecinos de Bembrive y Beade que se oponen a él. Preguntada por este diario, la concelleira de Urbanismo, María José Caride, defendió que el nuevo vial “es una de las actuaciones estratégicas del Plan Xeral” y expresó que “a priori pensamos que es un vial necesario para organizar la movilidad de Vigo”.
El Gobierno local se muestra convencido de que esta nueva infraestructura es necesaria para solucionar los problemas de los “grandes generadores de tráfico” como son el Hospital Álvaro Cunqueiro, la Universidad, el polígono de Balaídos (PSA) y el PTL (donde se prevé la instalación de IKEA). Caride defiende que permitirá “mejorar las comunicaciones del mayor polígono de Galicia” y erige su importancia hasta el plano autonómico.
A falta de estudiar las alegaciones, todo parece indicar que el Concello seguirá adelante con la planificación en este ámbito. Tras dos reuniones con AVIBE, la asociación que agrupa a los afectados, una con los técnicos municipales y otra con la propia concelleira, el Gobierno local plantea la posibilidad de “reubicar” a aquellas personas a las que se expropie su vivienda en el entorno.
“Diseñaremos suelos urbanizables que permitan su reubicación con el Concello como promotor”, expresó Caride para explicar que estas “pequeñas bolsas de suelo” buscarían que puedan trasladarse “cerca de donde residen” si así lo desean. Según las estimaciones municipales, el vial afecta a “entre 4 y 11 viviendas”.
El Gobierno local también defiende la “sensibilidad sobre el territorio” y el esfuerzo por “minimizar el impacto” con la planificación de un túnel y viaducto para salvar algunas de las zonas. Sobre los problemas medioambientales o acústicos que lamentan los vecinos que causará la carretera, el Concello dice comprometerse a estudiar “medidas correctoras para que el vial pueda minimizar su impacto”. En cualquier caso, la infraestructura cuenta con el apoyo del Ejecutivo local y parece difícil que desaparezca de la planificación. “Obviamente sí, el vial se mantiene”, zanjó la concelleira a la espera de estudiar las alegaciones de los vecinos.
Por parte de AVIBE, la portavoz de la asociación, Ana Pascual, denuncia que "el Concello sigue diciendo mentiras" y considera que las propuestas municipales son "parches" que no solucionan el mayor de los problemas. “Se olvidan de que el mayor porcentaje de afectados son las personas que se quedan a vivir pegados a ese vial”, expresa Pascual para asegurar que "la gente ya no quiere vivir en Beade y Bembrive por miedo a que se construya". "¿Quién quiere vivir debajo de un viaducto, se piensan que a la gente eso no les afecta?", critican.
Desde la asociación de afectados expresan que “hemos hecho un estudio técnico, que ellos no han hecho, para ver si era necesario y las conclusiones son que no”. "Queremos que expliquen por qué es necesario y no lo hacen, no tienen estudios", lamentan. Además, muestran su preocupación por las voladuras de construcción del túnel, el ruido y contaminación y los problemas en los acuíferos donde se construya.
"Iremos a a los tribunales a donde haga falta, como si tenemos que llegar a Bruselas, estamos muy convencidos de que tenemos la razón", zanjan. La asociación seguirá con protestas los primeros domingos de cada mes y plantea ya una nueva acción en el centro de la ciudad para el próximo día 6 de febrero.
Más allá de esta infraestructura, la que más controversia vecinal ha levantado, el Concello defiende que este nuevo PXOM provoca “mucho menos malestar social” que el de 2008, que acabó anulado. Según los datos municipales, se recogieron 4.445 alegaciones, frente a las casi 61.000 de la anterior planificación. La mayoría, unas 3.000, están relacionadas con el vial de Beade y Bembrive.