Vigo estrena servicio de alquiler de bicicletas eléctricas. La iniciativa, que se presentará este viernes, corre a cargo de la empresa Welgood, que ha decidido poner en marcha esta demandada iniciativa que cuenta con financiación europea a través de los fondos Next Generation.
En total, inicialmente habrá más de 50 bicicletas que se repartirán en diferentes aparcamientos de la ciudad, aunque por ahora están solo disponibles en la "estación", así denominan a los puntos de recarga, de Policarpo Sanz. También estarán en Praza da Independencia, Areal, Pintor Colmeiro, Jenaro de la Fuente, Praza América y Urzáiz.
La compañía, dará todos los detalles el viernes, pero avanza ya que el servicio e-bike estará disponible en sus aparcamientos con puntos de anclaje y puestos de recarga. Toda la gestión se hará a través de la aplicación oficial, que obliga a realizar por ahora un engorroso registro con DNI, dirección postal y teléfono, donde se pueden consultar las bicicletas disponibles, el estado de su batería y las “estaciones” donde recogerlas y dejarlas.
Las bicicletas tendrán una autonomía de 50 kilómetros, aproximadamente, y diferentes niveles de asistencia. La compañía cobrará 2 euros la hora, e incluirá tarificación por minuto. Es, por tanto, más caro que un billete en Vitrasa. El precio máximo por día será de 20 euros para alquileres de menos de 3 días, 15 euros para alquileres de 3 a 7 días y 10 euros para alquileres de 8 a 14 días.
A pesar de que en los últimos tiempos se ha estrenado un carril bici y la Vía Verde, Vigo es la única de las 20 principales ciudades de España que no contaba con un alquiler de bicicletas eléctricas. El alcalde de la urbe gallega, Abel Caballero, ha sido cuestionado en reitaradas ocasiones sobre implantar esta opción que cuenta con un importante número de usuarios en urbes como Madrid o Barcelona y que supone dar un impulso a una movilidad más sostenible.
Esta no es la primera vez que una empresa privada apuesta por la movilidad sostenible en Vigo. Hace un lustro, Buny permitía a las viguesas y vigueses moverse por el casco urbano de la ciudad a través de sus patinetes eléctricos. La implantación de esta firma que se definía como "eco friendly" no estuvo exenta de polémica, ya que desde el Concello advertían de que la compañía no tenía licencia para que estos vehículos de movilidad personal estuvieran tanto en aparcabicis como en suelo público. El desenlace fue el esperado. Se acabaron por retirar todos los patinetes eléctricos, que acabaron en la oficina de objetos perdidos y en el aparcamiento municipal de Praza do Rei.