El 2020 no lo ha puesto fácil. El pasado 28 de marzo Vigo debía estar rindiendo homenaje a sus “distinguidos”, enorgulleciéndose de su potencial como ciudad. Sin embargo, ese día la urbe permanecía en silencio. Los teatros estaban cerrados. Las calles, vacías. Vigo luchaba, como lo hizo en marzo de 1809, pero el enemigo no estaba armado. Era invisible y la ciudad se unía para hacer frente a uno de los mayores retos de su historia moderna. La unión, la ejemplaridad de los ciudadanos se resolvió, seis meses más tarde, en uno de los datos de contagios más bajos de Galicia y un futuro que muestra algún destello entre tanto nubarrón. El coronavirus obligó a posponer una cita histórica como los premios de la ciudad a sus ciudadanos, pero no acabó con ella. Este 3 de octubre, el Auditorio Mar de Vigo acogió una particular gala para celebrar el orgullo de ser vigués.
Los primeros en recibir su distinción fueron los 16 centros educativos que celebran 50 años formando a vigueses y viguesas. Se trata de los colegios Saladino Cortizo, Santa Mariña, Valle-Inclán, O Sello, Sárdoma-Moledo, Paraixal, Javier Sensat, Igrexa-Candeán, A Paz Tintureira, Emilia Pardo Bazán, San Fermín, Atalaya y Possumus, además de los institutos de Santo Tomé de Freixeiro, Valentín Paz Andrade y Castelao.
Recibieron también su premio las fuerzas y cuerpos de seguridad. Carlos Alfonso Valcarcel, comisario de la Policia Nacional, Antonio Torre, jefe de la Policía Autonómica, Simón Venzal, coronel de la Guardia Civil, Francisco Martínez, intendente de la Policía Local de Vigo, y Juan Luis Costa, miembro de la Unidad de Mar de Protección Civil, fueron los encargados de recoger su galardón por “hacer cumplir el confinamiento”.
Maite Isla, presidenta de Solidariedade co Pobo Saharahui, fue la encargada de recoger el premio para una organización que se encarga de mejorar las condiciones de vida de los refugiados saharauis. Completó el listado de colectivos galardonados el Club Peña Trevinca, que recibió también un reconocimiento por sus 75 años de historia.
De forma individual, este año se premió al histórico deportista Alejandro Gómez Cabral, el galgo de Zamáns, que ostenta el récord de cinco triunfos consecutivos en el cross gallego y fue olímpico en Seúl, Barcelona y Atlanta; Iván Álvarez Faginas, policía antidisturbios que recibió una pedrada en la cabeza durante los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes tras la sentencia del “procés” en Cataluña; Julio Picatoste Bobillo, magistrado jubilado; y Carlota Corredera, periodista de la prensa rosa en Telecinco.
Pero sin duda, el momento más emotivo llegó con la Medalla de Oro de la Ciudad de Vigo. Un larguísimo aplauso agradeció al colectivo sanitario su incansable trabajo durante la pandemia del coronavirus. Tuvo lugar pasadas las ocho, y fue imposible no recordar la cita diaria que durante semanas repetimos desde nuestros balcones a esa misma hora. Los sanitarios fueron los encargados de recibir la máxima distinción de la ciudad. Benito Regueiro, jefe de microbiología del Álvaro Cunqueiro, Javier Aguado de la Fuente, jefe de medicina interna de Povisa, Luciano Garmelo, médico de Atención Primaria, Purificación Sánchez, enfermera de Atención Primaria, Miguel Moure, celador en Povisa, José Antonio Bello, presidente de Tesgalicia, y Catalina Lamas, Hospital Fátima, recogieron el galardón en representación de un colectivo esencial para la sociedad. “La Medalla de la Ciudad distingue estee año una dedicación muy superior a la vocación, una dedicación por encima de lo exigible, una atención humana en circunstancias excepcionalmente extremas", destacó en su discurso final el regidor vigués, Abel Caballero.
Por parte de los profesionales hubo agradecimiento, emoción y también reivindicaciones. Se denunció especialmente que “la atención primaria se está muriendo” y se reivindicó que los médicos quieren atender a los ciudadanos presencialmente para acabar con la actual atención telefónica instaurada tras el confinamiento por la Xunta de Galicia.
En una gala marcada por la Covid, fuera de su fecha habitual y con un reducidísimo aforo, Caballero puso el énfasis en que “derrotar a la pandemia es nuestro gran objetivo" mientras aseguraba que "lo conseguiremos juntos, porque nuestra esencia es caminar juntos".
Caballero destacó además los retos de la ciudad y el futuro plan de inversiones para salir de la crisis del coronavirus. Y avisó, de nuevo, que la ciudad "no renunciará a nada" porque "la esencia de Vigo, la solidaridad, el progreso y la unidad, se sobrepone a cualquier adversidad, en marzo o en octubre, en 1809 y en 2020, con carácter, responsabilidad y pasión. Sigamos caminando juntos".