El Concello da un nuevo paso para la transformación integral del entorno de la estación de Urzáiz. Junto a las obras de Vialia y de sus accesos, este martes el Gobierno local encabezado por Abel Caballero puso la simbólica primera piedra de inicio de los trabajos de remodelación de la Baixada á Estación y de la propia Praza da Estación, con un presupuesto de 1,9 millones de euros y un plazo estimado de seis meses. Junto al regidor vigués participaron en el acto la teniente de alcalde y presidenta de la Deputación de Pontevedra, Carmela Silva, y los tenientes de alcalde Javier Pardo, Elena Espinosa y María José Caride.
La actuación se trata "de una de las grandes obras que estamos haciendo", aseguró Abel Caballero en rueda de prensa, un diseño que reordena los espacios para dar acceso peatonal y rodado a la futura terminal de autobuses, al Centro Comercial Vialia y también a la estación del AVE y adecúa la glorieta de unión con Alfonso XIII -ya sin el paso elevado- y con Lepanto, donde arrancará el túnel de acceso a la autopista.
En la calle Baixada á Estación, la obra renueva las canalizaciones, incluye jardinería, mobiliario urbano e iluminación, amplías las aceras y sustituye los escalones por una rampa que dará paso a la plaza. En la propia Praza da Estación, luminarias, bancos, jardineras, red de riego, una pérgola con techo de cristal en la parada de taxis y un espacio ajardinado próximo al muro de contención de Baixada á Estación. El alcalde destacó que la obra recuperará la fachada de piedra de la antigua estación ferroviaria, inaugurada en 1881 y que será reconstruida contra el muro que da a Urzáiz: "Una parte de nuestra acción es recuperar la historia de la ciudad", manifestó. La plaza también acogerá un elevador hasta Urzáiz con Vía Norte, en el lugar que hasta ahora ocupaban las escaleras, al que el Concello dedicará más de 400.000 euros.
Abel Caballero también se refirió en su comparecencia a la baranda diseñada por Jenaro de la Fuente que delimitaba las calles Lepanto y Alfonso XIII y cuya retirada por las obras del acceso a la autopista despertó un gran número de críticas al considerarse "un atentado al patrimonio histórico vigués". El regidor vigués señaló que la balaustrada "no es de palacio" y reiteró que no estaba catalogada y se encontraba "bastante deteriorada". No obstamte, argumentó que se rehará para buscarle un uso decorativo. "Aparecerá en algún lugar de la ciudad, seguramente antes de lo que muchos se imaginan". Con la obra de los accesos en marcha, ese espacio en Lepanto parasará a ser "la zona de confluencia entre la entrada del túnel a la AP-9 y la calle Alfonso XIII", un muro que será acristalado para ofrecer una "visión blanda" desde este vial, una actuación que, según el alcalde, será similar a las que se han instalado en Urzáiz.