Vigo, la ciudad gallega donde más cayó la contaminación durante el confinamiento

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El estricto confinamiento vivido en 2020 en España tuvo un claro impacto en la calidad del aire de nuestras ciudades. En Vigo, la práctica ausencia de vehículos en la primera fase del cierre total llegó a provocar que la concentración de las partículas más dañinas producidas por los vehículos se desplomara hasta un 72%. Es una de las conclusiones que nos deja el estudio sobre la influencia de la pandemia de la Covid-19 en la calidad del aire en Galicia publicado por la Consellería de Medio Ambiente.

La concentración media de dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante gaseoso producido fundamentalmente por el tráfico rodado, se desplomó de más de un 50% de media a lo largo de 2020 en la urbe gallega, si lo comparamos con los datos de 2019. La estación de tráfico situada en el recinto del CEIP Lope de Vega, en la calle Emilia Pardo Bazán, fue la que mayor descenso registró. En el mes de abril, cuando se decretaron las medidas más duras del confinamiento, la presencia de este contaminante llegó a caer un 72%.  De hecho, la caída de la contaminación en el aire se ha mantenido a lo largo de todo el año, a tenor de los datos de Meteogalicia.

Mientras que en ciudades como A Coruña o Santiago la concentración de N02 aumentó en el mes de septiembre y noviembre con respecto al año anterior, en Vigo cayó, a pesar del levantamiento parcial de las restricciones. De hecho, es la única gran ciudad junto a Ourense donde la contaminación fue sistemáticamente inferior cada mes con respecto al mismo mes del año anterior. Los datos son ligeramente peores en la estación de la Avenida de Castelao, en Coia, aunque siguen mostrando descensos significativos con un promedio del 33% en el conjunto del año.  En la de Lope de Vega, el descenso fue de un 45% en el promedio anual, el más abrupto de toda Galicia.

Los datos registrados en el año 2020 ponen de manifiesto la influencia de las restricciones derivadas de la pandemia de la Covid-19 en la calidad del aire, y "sobre todo la influencia directa del tráfico en la calidad del aire de las ciudades", explican desde la Consellería.

Otro valor a tener en cuenta son las partículas PM10, sobre las que también se observa una reducción de las medias anuales en la mayoría de las estaciones de la red. Dicha reducción que oscila entre un 23%, registrado en Lalín, y un 6%, en Laza. En Vigo fue del 17% en Coia y del 14% en Emilia Pardo Bazán (Lope de Vega). El motivo de esta variabilidad en la reducción de la concentración medida anual de PM10 es que esta materia puede producirse debido a múltiples fuentes, tanto de origen antropogénico como natural. Es decir, no solo los coches producen este tipo de partículas.

Volviendo a Vigo, en 2020 la calidad del aire fue “buena” la mayor parte de los días, entre 333 y 315, en función de la estación en la que se mida, mientras que hubo entre 3 y 5 jornadas con calidad “mala” y una con calidad del aire “muy mala”.

Los datos ponen de manifiesto “la importante relación, e influencia, que tiene el tráfico rodado en la calidad del aire de las aglomeraciones urbanas, y es una demostración evidente de la relación directa entre reducir el tráfico en las ciudades y la mejoría inmediata de la calidad del aire”, explican desde Medio Ambiente.

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