La Navidad de Vigo, ahora sí, se acaba. Tras el apagado del pasado domingo, que puso fin a casi 60 días de fiestas navideñas en la urbe gallega, los operarios de las diferentes empresas contratadas para instalar la iluminación y la decoración han comenzado a retirar los elementos navideños para despejar las calles y devolver el paisaje urbano a la normalidad.
Según los cálculos municipales, la mayor parte de los elementos decorativos estarán completamente retirados a lo largo de esta misma semana, mientras que se espera completar la retirada del conjunto de elementos decorativos en un plazo de 15 días. Esta misma tarde arrancó ya la desinstalación del muñeco de nieve gigante o del castillo de Policarpo Sanz, novedad en esta edición. También se han retirado buena parte de los elementos de Príncipe, así como la decoración lumínica de multitud de calles. Los operarios se afanan así en retirar los adornos en las más de 350 calles iluminadas con 3.000 motivos de luz y mil árboles.
Con la desaparición de la decoración, regresará también a la normalidad la circulación del tráfico rodado, que lleva semanas alterada debido a las atracciones y las actividades navideñas. Ahora, el centro urbano volverá a recuperar su faceta habitual, mientras que la Alameda descansará ya de los puestos de comida y bebida para recuperar la calma y paz que la convierten en un oasis en pleno centro urbano.
La pausa será, sin embargo, breve. En apenas siete meses el regidor vigués, Abel Caballero, volverá a anunciar la instalación del alumbrado en pleno mes de agosto -este año lo hizo a día 4- y la ciudad volverá a llenarse de luz y decoración. La cuenta atrás ya ha comenzado.