El conflicto del autobús urbano de Vigo se mantiene enrocado. La nueva y, por ahora, última reunión entre Vitrasa y el comité de empresa ha vuelto a concluir sin que se llegase a un acuerdo para poner fin a los más de tres meses de huelga indefinida en el transporte urbano de la ciudad olívica. Se trata de la sexta reunión que mantienen con la figura de mediadora y, visto a la "imposibilidad" de llegar a un consenso entre la concesionaria y los trabajadores, se ha dado por cerrada la mediación, por lo que no habrá más encuentros con la inspectora de trabajo responsable de intermediar entre ambas partes.
Fuentes sindicales han denunciando que la empresa "ha vuelto con la misma propuesta que en las dos reuniones anteriores" y ha sido el comité quien ha "rebajado su oferta a un 2,5% la subida del IPC para los años 2021 y 2022 "-anteriormente pedían un 3% de subida del IPC-, pero Vitras sigue "considerándolo inasumible", explican. "No entendemos esta posición de Vitrasa, debe haber algo que no sabemos, algo oscuro que hace que no entendemos su postura, que se ve que no es la de llegar a un acuerdo", añaden.
Así, el conflicto laboral que lleva afectando al transporte de la ciudad olívica estos últimos tres años, con una huelga indefinida que cumplió el pasado domingo tres meses, se mantiene encasillado. "Ahora habrá que esperar a que Vitrasa haga un llamamiento para otra reunión o que el alcalde de Vigo intervenga", señalan desde el comité, que aseguran que Caballero "no puede seguir mirando para otro lado, no después de la última manifestación".
El pasado sábado tenía lugar en el centro de Vigo una multitudinaria protesta bajo la lluvia en la que miles de personas, según cifras de la organización, salieron a pedir unánimemente "la mejor del servicio de transporte público" en la ciudad y unas "condiciones laborales y salarias dignas" para los empleados de Vitrasa. Entre los múltiples cantos que se pudieron escuchar en la marcha también menciones al regidor vigués como "Vitrasa culpable, Alcalde responsable".
Todo esto después de que, dentro de la huelga indefinida y ofreciendo servicios mínimos desde el pasado 25 de noviembre, Vitrasa aumentase el precio del billete de transporte, convirtiendo así al autobús de Vigo "en el más caro de toda Galicia", según criticaban los sindicatos convocantes de la manifestación del pasado sábado, quienes también censuraban que los fondos públicos que ha recibido Vitrasa y que solicita "van a parar al bolsillo de la empresa, que no invierte un solo céntimo en la mejor del servicio ni tampoco en la mejor de las condiciones de trabajo del personal", sentenciaban.
Se plantan ante el "chantaje"
Mientras, Vitrasa ha proclamado "basta" y ha subrayado que, después de 13 reuniones con los representantes de la plantilla, ha tomado la decisión "romper las negociaciones hasta que el comité de empresa esté dispuesto a negociar y poner fin a la huelga, abandonando la actitud chantajista que hace que sea imposible llegar a acuerdos de ningún tipo".
La concesionaria ha advertido de que no está dispuesta a seguir negociando "bajo permanentes presiones con ataques personales y coacciones hacia quienes no quieren secundar el derecho a la huelga", y con "más de 50 ataques violentos" a autobuses en el último año.
Vitrasa ha censurado que el comité "no sometió a la asamblea de trabajadores las últimas ofertas presentadas" para poder así mantener el paro indefinido y el "chantaje".
Según ha recordado, ha planteado varias opciones, "retirando siempre las sanciones" impuestas a trabajadores por los incidentes en el servicio de noche durante el Marisquiño, aumentando su oferta hasta el 3 % desde enero de 2023 "que se consolida en 2024" y aceptando mejoras sociales reclamadas por los sindicatos, además de un pago de 500 euros por trabajador. "Y todo esto para desconvocar esta huelga, sin pedir nada a cambio y seguir con la negociación del convenio en un clima de normalidad", han señalado desde la empresa.
Finalmente, tras insistir en que las condiciones de los empleados son las mejores del sector en la provincia, Vitrasa ha reiterado que "el daño que el comité está haciendo a la ciudadanía, a los propios compañeros y a la empresa es enorme e incomprensible".