Optar por las zonas rurales a la hora de tomar ciertas decisiones se ha convertido, en los últimos años y sobre todo después de la pandemia, se ha convertido en algo frecuente. Y esta es la vía que también han escogido 18 alumnos y alumnas de la Universidade de Vigo que realizarán este año sus prácticas en pequeñas localidades de menos de 5.000 habitantes distribuidos por toda la geografía gallega.
Son las 18 personas elegidas para participar en el programa Campus Rural 2024, una iniciativa promovida por el Ministerio para lana Transición Ecológica y él Reto Demográfico en colaboración con el Ministerio de Universidades y la CRUE, Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, y que tiene como finalidad que el alumnado universitario de cualquier titulación oficial pueda realizar prácticas formativas en zonas rurales con problemas de despoblación a través de entidades como Concellos, empresas, asociaciones u otros organismos localizados en estas zonas.
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Las alumnas son las que más se decantan por este tipo de experiencia
De las 18 ayudas concedidas la inmensa mayoría (15) fueron adjudicadas a estudiantado de la rama de Ciencias Sociales, Jurídicas y Humanidades y, si se atiende a la clasificación por género, son las alumnas las que más se decantan por este tipo de prácticas: 12 alumnas frente a 6 alumnos.
En total se destinan a estas ayudas 43.500 euros, con cuantías por estudiante que varían entre los 2000 y los 4000 euros, dependiendo de la duración de sus prácticas, que puede oscilar entre los dos y los cuatro meses y que debe realizarse en el período comprendido entre lo 1 de julio y el 15 de noviembre.
Vivir el rural
La característica principal de este programa es que las estadías se realizan “residiendo” en ese entorno, “conociéndola en profundidad y conviviendo y colaborando con su gente, de modo que puedan verla como un lugar de oportunidades para el desarrollo de su futuro profesional”, tal y como se indica en la propia convocatoria de las bolsas.
En muchos casos, las prácticas se realizarán en los propios Concellos y, en otros, en empresas, entidades o asociaciones del entorno como la escuela de educación infantil de Taboexa, en las Nieves; el Grupo de Desarrollo Rural Sil-Bibei-Navea, que tiene como ámbito de actuación los Concellos ourensanos de Castro Caldelas, Montederramo, Parada de Sil, A Teixeira, Chandrexa de Queixa, Manzaneda, Pobra de Trives, San Xoán de Río, Viana do Bolo y Vilariño de Conso; la Fundación Cielo, Ciencia y Cultura, dedicada a la investigación y divulgación de la ciencia y la astronomía, encargada de gestionar el Observatorio Astronómico de Forcarei, o la empresa Algas Atlánticas Algamar, con sede en Pazos de Borbén, y que constituye la 1ª empresa española especializada en recolección, secado y elaboración de algas marinas para uso alimentario.