El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha anunciado este lunes una reforma de la Lei de Saúde de Galicia para blindar medidas frente a las agresiones "físicas y verbales" dirigidas al personal del Servizo Galego de Saúde (Sergas).
Entre ellas, estará la imposición de multas de carácter administrativo ante el supuesto agresor, "aunque finalmente se considere que no hay infracción penal" por parte de la justicia; y la instalación de dispositivos de alerta en "la totalidad" de los centros sanitarios. Una sanción que, según incluye la reforma de la ley, dará un tratamiento específico y distinto para que las agresiones y actitudes violentas se individualicen y se tipifiquen y sancionen de manera individualizada y acorde a su gravedad.
Tras la reunión semanal del Gobierno autonómico, Rueda ha anunciado este "paquete de medidas" que se incluirá en la Lei de Saúde del año 2008, si bien algunas ya estaban incluidas en los protocolos del Sergas, como prestar asistencia jurídica y psicológica al profesional agredido. Entre ellas se incluye la creación de un grupo de trabajo multidisciplinar que se encargará de la revisión y mejora de los actuales protocolos frente a las agresiones contra los sanitarios. Estará conformado por colegios profesionales, gestores sanitarios, personal del 061 y emergencias, así como miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
También se valorarán medidas en los espacios físicos de atención a los pacientes o en aquellos en los que pueda haber más tensión, como videovigilancia en los corredores o salas de espera de los servicios de Urgencias o de admisión.
Esta reforma llega justo un mes después de que el 3 de febrero un enfermero fuese apuñalado por un paciente en las urgencias del Complexo Hospitalario Universitario da Coruña (Chuac), un hecho que desató protestas de los profesionales para reforzar la seguridad en su ámbito laboral.