Usar los productos de la tierra, tomar nota de la sabiduría popular que se remonta a los orígenes mismos de los celtas gallegos y crear un producto local con aspiraciones globales. Esa fue la enorme tarea que han logrado Hugo Pérez, que vivía como viticultor, y Álvaro Rodríguez, investigador de la UVigo, y que apenas sospechaban a finales de 2016 cuando comenzaron a crear una bebida que sirviera como excusa para reunirse entre amigos. Hoy, aquella idea se ha transformado en una empresa que cuenta con el apoyo de cuatro inversores, y que ha iniciado ya el camino de la internacionalización desde Ourense hacia Suiza e Italia.
Aunque la idea había brotado ya en la mente de estos dos amigos desde hace tiempo, todo se precipitó tras un viaje a Nepal donde descubrieron a los Gurung, una tribu de “cazadores de miel” que les inspiró. Allí también comprobaron la gran similitud de gallegos y esta tribu local. “Estos nepalíes que arriesgaban sus vidas en los desfiladeros del Himalaya nos recordaban a la Ribeira Sacra y la viticultura heroica y a los gallegos que con todo lo que tenían en su entorno a su alcance lo explotaban y hacían un producto”, explica Álvaro. Esa idea de valorar lo local les llevó a buscar su propuesta para crear un nuevo producto en base a miel, una tarea que por otra parte se remonta a nuestro orígenes más antiguos. En la actualidad, la miel fermentada es poco habitual, ya que a muchos licores se les añade a posteriori, pero Álvaro apunta que “la historia dice que fue la primera bebida alcohólica aunque se perdió con el paso del tiempo, incluso se dice que los celtas hacían brebajes con miel que interpretaban como bebidas de los dioses”. Aunque Gurung no obedece a lo que nos transmite una bebida de hidromiel, sí que se deriva de este concepto.
Tras las pruebas iniciales, la idea fue rápidamente creciendo y Gurung comenzó a distribuirse en la hostelería. “A nuestros amigos les llamaba mucho la atención el producto y cuando lo probaban querían siempre más, lo que nos motivó a dar el salto”, explica su socio fundador. En verano de 2020, ya con el apoyo de nuevos inversores, la marca da el salto definitivo y aún en medio de la pandemia comienza con su distribución masiva. Hoy, se puede adquirir ya en tiendas especializadas, su canal online y supermercados Eroski.
El idilio de los gallegos con las bebidas alcohólicas viene de lejos y Galicia es potencia en este sentido, pero en este caso estos emprendedores prometen que la bebida de sello ourensano es “única”. Frente a los licores tradicionales, tiene una graduación más baja y ofrece una alternativa al aperitivo clásico. “El vermú siempre fue una bebida muy dulce con muchas calorías y muy alcohólica. Cuando íbamos a tomar un aperitivo no había opciones”, lamenta Álvaro. Ese fue uno de los detonantes que se tradujo en una bebida marcada por el sabor de la tierra. Fundamentalmente de miel de la Ribeira Sacra y sauco. Este último, añadido tras la sugerencia de un italiano, cuñado de uno de los socios. Porque Gurung busca además el “contacto con otras culturas, algo que es local pero también para todo el mundo”.
La bebida que enamoraba a los celtas llega ahora con un intenso aroma a cítrico de la naranja seguido de un gusto final a miel, con toque dulce y especias frescas. Es la bebida más antigua del mundo que ahora sirve también de unión entre culturas y de homenaje a aquellos gallegos que por deseo u obligación se lanzaron a la exploración del mundo, a veces arriesgando su vida como los nepalíes, pero también para los que con lo que la tierra ofrecía se las ingeniaban para seguir su camino hacia delante. La bebida más antigua del mundo, por cierto, promovida por jóvenes emprendedores con tan solo 30 años. Un viaje que, defienden, no acaba más que comenzar. Tras su incursión internacional solo queda que los propios Gurung den su visto bueno. El viaje, está ya en la agenda de estos dos amigos.