La Guardia Civil ha informado de la aprehensión de más de media tonelada de almeja, que fue descubierta durante un control de tráfico en el registro de un turismo con matrícula portuguesa y que se dirigía a Sanxenxo, sin tener documentación sobre controles o procedencia del bivalvo.
Los hechos ocurrieron el pasado viernes, cuando una patrulla del destacamento de Tráfico de Vilaboa dio el alto a un turismo de matrícula portuguesa, al percatarse de que llevaba los asientos traseros cubiertos con una lona oscura.
Cuando inspeccionaron el vehículo, comprobaron que en la parte trasera se acumulaban 32 sacos de almeja, 300 kilos de almeja japónica y 255 kilos de almeja babosa. El conductor no aportó ningún documento para justificar el transporte, ni sobre la procedencia, y su vehículo tampoco estaba acondicionado para llevar este producto. El conductor, vecino de Portugal, explicó a los agentes que las almejas provenían de la zona de Aveiro y que las llevaba a Sanxenxo.
Los guardia civiles pusieron los hechos en conocimiento del Servicio de Inspección Pesquera de la Xunta de Galicia, que se hizo cargo del producto. Asimismo, se levantó acta de denuncia por carecer de guía de transporte y por llevar las almejas en un espacio no adecuado.
También se formularon dos denuncias administrativas por infracciones al reglamento de transportes, una por exceso de peso y otra por transportar mercancía perecedera en un vehículo no adecuado y sin ningún tipo de documentación. El vehículo quedó inmovilizado.
Incautación de pulpo
Por otra parte, fuentes de la Comandancia de Pontevedra han informado también de la incautación de 68 kilos de pulpo que había sido pescado en una zona prohibida, y que fue intervenido durante un control rutinario de la Guardia Civil de Marín, en colaboración con el Servizo de Gardacostas de la Xunta de Galicia.
Los agentes dieron el alto a un vehículo cuyo conductor llevaba dos capazos de pulpo, extraídos en la zona de Vilariño, en un área prohibida. Al comprobar la documentación, los agentes también constataron que el conductor, vecino de Cangas de 46 años de edad, tiene su licencia de captura caducada. El hombre, que tiene antecedentes por hechos similares, fue denunciado por infracción de la ley de pesca y el pulpo fue entregado al Banco de Alimentos de Pontevedra.