La rebelión de las cabras contra el tráfico rodado. Así fue el episodio que el pasado viernes se vivió en la zona de Barreiro, donde tuvo que acudir la Policía para capturar a varios animales que se comportaban, según indican los agentes, de forma “agresiva”.
Tras ser avisados por la presencia de cabras y ovejas en la calzada, la dotación de Policía Local que acudía al lugar recibió una nueva llamada mientras se desplazaba en la que se indicaba que los animales, “tras cruzar la calle en varias ocasiones” acabaron por revelarse contra un coche. “Una cabra con unos cuernos muy grandes había rascado el vehículo”, se especifica desde la Policía.
Los agentes procedieron a la captura de los animales, tratándose de dos ovejas y dos cabras, tres de pelo marrón y una de pelo blanco. Tras varias gestiones se logró localizar al propietario, P. P. T, de Mos y 45 años, que fue denunciado por infracción al reglamento general de circulación al estar los animales de su propiedad sueltos en vía pública sin custodia.
Se hizo cargo de los animales una persona designada por él tras conversación telefónica mientras que la propietaria del vehículo dañado, E. M. G, de Vigo y 38 años, contó que una de las cabras se había subido al capó, provocándole arañazos, siendo informada de los pasos a seguir para la reclamación de daños a través de su seguro.
Un "tortazo" para un guardia de seguridad
Este lunes, la Policía Local de Vigo actuó en un centro comercial de la ciudad después de que un hombre abofeteara a un guardia de seguridad por recriminarle que no llevaba mascarilla. Tras recibir la llamada en la que se comunicaba la agresión, los agentes se desplazaron hasta el centro comercial y dieron con los supuestos agresores, que fueron "interceptados en fuga" a 400 metros del lugar de los hechos.
El presunto agresor, de 30 años de edad y natural de Santiago de Compostela, iba acompañados por dos jóvenes de Arbo y Redondela. Según la versión de los agentes, el hombre "manifestó que se encontraba en el interior del centro comercial en compañía de sus amigos, cargando los teléfonos móviles en el lugar habilitado al efecto y que se dirigió a ellos el vigilante de seguridad para recriminarle que estuvieran con un perro dentro del edificio y él sin mascarilla, reconociendo haberle dado un tortazo". Versión que fue confirmada después por el propio vigilante de seguridad, que acabó con lesiones en el ojo derecho.
Los agentes procedieron a la elaboración de diligencias para traslado al órgano judicial competente, para conocimiento de los hechos, tras la intención del agredido de presentar la correspondiente denuncia.