Los misterios sobre la vida en el planeta rojo se van resolviendo poco a poco con el paso de los años y los avances en la ciencia y los metanógenos presentes en la ría de Vigo ayudan en esta labor. Esto lo sabe bien el doctor en astrofísica Jorge Pla, que recogió muestras cerca de la isla de San Simón hace unos meses para comprobar el origen biológico del metano en Marte. Todo el proceso y sus conclusiones fueron publicados recientemente en el Journal of Geophysical Research: Planets, una revista científica de alto impacto, lo que supone uno de los mayores hitos de la carrera profesional de este madrileño y su equipo, al ser el primer estudio publicado de este tipo liderado por un centro español.
Jorge Pla dirige a un grupo de investigadores del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) cuya meta es saber la ubicación exacta de la zona de emisión de metano en Marte, su extensión espacial y durante cuánto tiempo está siendo liberado. Para conseguirlo compararon los datos sobre la presencia de metano en el cráter Gale de Marte obtenidos por el rover Curiosity de la NASA con experimentos de transporte atmosférico basados en el Sistema de Modelado Atmosférico Regional de Marte (MRAMS, Mars Regional Atmospheric Modeling System), un modelo meteorológico de alta resolución desarrollado por Scot C.R. Rafkin, coautor del estudio, y su equipo. “Los resultados obtenidos son compatibles con la detección del metano en el interior del cráter siempre que, además, exista un rápido, y por el momento desconocido, mecanismo de destrucción del metano cerca del suelo que explique que no sea detectado por las sondas en órbita”, explican desde el CSIC. El científico añade a esto que “los estudios actuales se centran normalmente en la mezcla vertical, como si el cráter fuera un tupper y al abrir la tapa, durante el día, el metano escapara”.
Proceso sencillo: botella esterilizada y aguas gallegas
Parte de las muestras utilizadas en este importante estudio sobre las claves de la vida en el planeta rojo, se consiguieron en aguas de Redondela, a poca distancia de la popular isla de San Simón. El proceso fue sencillo y en él Pla se ayudó solamente de una botella esterilizada que sumergió medio metro y abrió y cerró dentro del agua para que los bichos no muriesen al estar en contacto con el oxígeno. Posteriormente, los experimentos con los materiales se llevaron a cabo en una cámara del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) de Torrejón de Ardoz que simula las condiciones de la atmósfera marciana y estudia sus variaciones en las distintas épocas del año.
Esta atmósfera tiene 100 veces menos densidad que la de la Tierra, su temperatura media es de 60 grados bajo cero en superficie y las temperaturas entre el día y la noche pueden presentar grandes diferencias de hasta 90 grados.