La Fiscalía pide 11 años y 3 meses de cárcel para un hombre, A.M.C.E., acusado de un delito de agresión sexual sobre su nieta, cuando la niña tenía 8 años, y que ha sido juzgado este miércoles en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo.
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Los hechos ocurrieron en el domicilio que compartían en septiembre de 2022 cuando, supuestamente, el hombre fue sorprendido por su esposa realizándole tocamientos a la niña. Fue precisamente la abuela la que dio la voz de alarma, avisando de que había "pasado algo", aunque sin aclarar lo ocurrido. Los hermanos de la menor avisaron a su madre y ésta, al preguntar a la niña, se enteró de que su suegro le había realizado tocamientos.
En el juicio, el acusado ha negado la agresión sexual, y ha asegurado, en respuesta a preguntas de su letrado (no respondió a las acusaciones), que nunca tocó las partes íntimas de su nieta, ni la obligó a que le tocase el pene, ni introdujo sus dedos en la vagina de la menor.
Sin embargo, la niña declaró en instrucción que todo eso había ocurrido. Según su relato, que fue reproducido en la vista de este miércoles, el abuelo le había tocado los genitales ("por donde se hace pis") en varias ocasiones ese verano, le había introducido los dedos y le había hecho "daño", e incluso la había "besado en la boca".
La menor también explicó que no le gustaba estar con su abuelo, que la hacía sentir "incómoda", pero que no había contado nada porque le daba "vergüenza".
Restos biológicos en la ropa interior
Cuando la madre de la niña denunció los hechos en Comisaría, la menor fue sometida a un examen en el hospital y allí se le recogió la ropa que llevaba puesta. Un examen posterior determinó la presencia de semen de su abuelo en sus bragas.
El acusado ha explicado la presencia de sus fluidos en la ropa interior de la menor porque ese día se había masturbado en el sofá, y luego la niña se había sentado encima de la mancha. "No lo había dicho hasta ahora, porque me daba vergüenza", ha añadido.
"Testimonio contundente"
La Fiscal ha concluido que la prueba practicada en el juicio es suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado, y ha señalado que el "testimonio contundente" de la niña, a pesar de su corta edad, debe tenerse en cuenta.
A ello se suma el "indudable hallazgo" del semen en las bragas de la menor, y ha restado credibilidad a la explicación dada por el abuelo, una explicación que ha aportado "de forma sorpresiva" en la vista, sin haberla trasladado antes.
De este modo, pide para A.M.C.E. una condena de 11 años y 3 meses de cárcel, además de la pena de libertad vigilada durante ocho años, y la inhabilitación para cualquier profesión u oficio, retribuido o no, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad, durante 20 años.
Igualmente, solicita que se le prohíba comunicarse o acercarse a la niña por un tiempo de 20 años, y que la indemnice en 10.000 euros por los daños morales.
"Acusación desproporcionada" y "sin una sola prueba"
Mientras, la defensa del hombre ha criticado la "acusación desproporcionada" sobre unos hechos sobre los que no hay "ni una sola prueba". "No se acreditó nada en este juicio", ha señalado el abogado, que ha mantenido que la versión de su patrocinado (sobre la presencia de su semen en la braga de la niña) es "coherente y verdadera".
Este letrado ha advertido de que toda la acusación se basa en el relato de la menor, sin otras pruebas que la apuntalen, por lo que ha pedido su libre absolución.