Un búho nacido en las instalaciones de Vigozoo ha sido devuelto este viernes a la naturaleza, dentro del compromiso de las instalaciones viguesas de servir solo como hogar para ejemplares irrecuperables que no pueden vivir por sí mismos. El ave, que es en realidad un cárabo común, una especie de búho muy común en los bosques del norte de la Península, fue adiestrada para el vuelo para hacer que se pudiera valer por si mismo en un entorno compatible con su hábitat natural. La liberación se ha realizado esta mañana en las instalaciones de Vigozoo, donde los niños del campamento de verano han acompañado y conocido la importancia y necesidad para la conservación de las especies silvestres y la biodiversidad.
El acontecimiento es, según explicó esta mañana el regidor vigués, Abel Caballero, "bastante excepcional", ya que los animales necesitan de una serie de condiciones ambientales más o menos específicas, con tranquilidad y áreas de refugio sin molestias ni contacto humano directo que habitualmente no se dan en cautividad. Con todo, estas condiciones se dieron en Vigozoo y favorecieron la cría de un ejemplar de cárabo completamente sano y viable.
En el aviario de rapaces nocturnas se alojan ejemplares irrecuperables de los centros de recuperación de fauna. Concretamente en la instalación de cárabos hay un total de tres ejemplares del antiguo Centro de Recuperación de Fauna de Cotorredondo. Dos de estos ejemplares se incorporaron a la colección zoológica de Vigozoo el año pasado 2012, mientras que el tercer ejemplar entró el año pasado 2019.
Muchas aves llegan a Vigozoo debido a accidentes de vuelo causados por impactos de líneas eléctricas, daños en las palas de las turbinas eólicas o disparos por actividades de caza furtiva. Este año el centro vigués recibió ya a cinco ejemplares de lechuza común y lechuza real del Centro de Recuperación de Fauna de Albacete y dos ejemplares de lechuza del Centro de Valladolid.
El alcalde de Vigo también informó que, en la sede de Candeán, el gobierno de Vigo acaba de finalizar la reforma de la planta baja del Exotarium, que completa la remodelación de esta instalación. Allí se exhiben peces, anfibios, reptiles, arácnidos, insectos y miriápodos. Con la última actuación, los 23 terrarios iniciales fueron sustituidos por ocho temáticos naturalizados, multiplicando por diez la superficie útil para los animales.
Por otra parte, el Concello también concluyó la reforma de la cúpula que acoge a las grullas damiselas, reforzando la estructura, construyendo un refugio naturalizado tipo roca y recreando un pequeño ecosistema humedal. La inversión en ambas obras ascendió a unos 40.000 euros.