La empresa española Dríade Soluciones Medioambientales ha lanzado una revolucionaria metodología para medir la reciclabilidad real de los envases que permitirá al consumidor identificar las opciones más responsables con el medio ambiente. De esta forma, España se ha convertido en uno de los países punteros a la hora de desarrollar estándares innovadores de reciclabilidad que permitan a las empresas cumplir con las normativas y compromisos ambientales europeos y avalar su contribución a la economía circular. Esta metodología ha sido presentada en ‘Sustainability in Packaging Europe 2019’, el evento sectorial sobre sostenibilidad de envases más importante de Europa, celebrado esta semana en Barcelona.
La creciente preocupación por la sostenibilidad de los envases y el impacto que tienen en el entorno hace que nos enfrentemos a importantes retos en los próximos años. Precisamente, la estrategia sobre plásticos que la Comisión Europea anunció en 2018 busca implementar nuevas reglas armonizadas para que antes de 2030 todos los envases se diseñen para que puedan ser reciclados o reutilizados y cumplan así los ambiciosos objetivos de reciclaje fijados.
La metodología desarrollada por Dríade SM, con el apoyo científico de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF, propone que la reciclabilidad de los envases y el porcentaje de material que queda disponible para un reciclado de calidad se muestre a través de dos tipos de acreditaciones informativas: el Certificado y el Sello de Reciclabilidad.
El Certificado de Reciclabilidad es una autodeclaración mediante la cual las empresas fabricantes de envases y/o empresas envasadoras, pueden identificar el porcentaje de material de envase disponible para un reciclado de calidad.
El Sello de Reciclabilidad es la ecoetiqueta voluntaria que las empresas podrán incluir en los envases para mostrar el resultado obtenido en el Certificado.
Esta metodología no solo permite a los fabricantes de envases y empresas envasadoras adquirir un conocimiento exhaustivo de los procesos de reciclado, si no también que puedan alcanzar sus compromisos medioambientales y mejorar la reciclabilidad de sus envases. De esta forma, las compañías podrán garantizar el cumplimento de las normativas presentes y futuras, además de optimizar su posicionamiento de mercado ante una demanda de sostenibilidad cada vez más exigente. Por su parte, este aval ayudará por primera vez a los consumidores a identificar mejor los envases más respetuosos con el medioambiente y ejercer su derecho de compra responsable.
Raquel Iglesias, directora general de Dríade Soluciones Medioambientales, explica que “esta metodología aspira a convertirse en un estándar común en la industria ya que es necesario que todos rememos en una misma dirección con el fin de alcanzar el tan ansiado reciclaje de calidad que permita la perduración de materias primas durante el mayor tiempo posible en los ciclos productivos. Es de vital importancia que todos los eslabones de esta inmensa cadena aportemos soluciones con un mismo horizonte: la sostenibilidad y la perduración del planeta tal y como lo conocemos”.
En el análisis desarrollado por Dríade SM y la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF se evalúan todas las fases de reciclado del envase, ya que el fin último es mejorar su reciclabilidad desde la etapa de diseño del mismo, para obtener un material reciclado de calidad. Para ello se tienen en cuenta tanto las diferentes características de los envases como el color, los materiales o las dimensiones, así como las tecnologías actualmente disponibles y aplicadas, para lograr un reciclado de calidad viable. “Lo innovador de esta metodología es que el resultado no mide únicamente la cantidad de material disponible para volverse a reciclar, sino también la calidad de ese material, que es muy importante”, recalca Iglesias.
Los resultados son revisados por la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF, para garantizar el cumplimiento acorde los criterios recogidos en los procedimientos del Sello de Reciclabilidad.
“Existen envases fabricados con un único material, como por ejemplo las latas de aluminio, que tiene una mayor reciclabilidad que aquellos que están compuestos de varios materiales o con un diseño más comprometido. Nuestro estudio permite saber en qué grado un envase es susceptible de reciclarse con mayor facilidad. Esto también se traduce en un ahorro energético, de materias primas y de emisiones, en el caso de aquellos envases que tengan mejor diseño”, explica Iglesias.