Agotado y con frío, pero con vida. Así acabó esta madrugada el tripulante de un velero que se hundió frente a la costa gallega y que fue rescatado por Salvamento Marítimo. Todo sucedió en plena madrugada y el hombre pudo salvar la vida gracias a la rápida intervención de los servicios de emergencia.
El primer aviso se recibió a las 1:28 horas, cuando desde el velero Sirina se informaba al Centro de Salvamento Marítimo de Fisterra (CCS) que había embarrancado en las piedras en una zona próxima a un acantilado en Cabo Touriñán. Tras encallar se produjo una vía de agua en el velero. Para poder dar auxilio al tripulante, Salvamento movilizó de inmediato la embarcación Salvamar Altair y al helicóptero Helimer 401.
Los vientos "muy fuertes" del nordeste llevaron al velero a que quedara encajonado en una zona de acantilado. El patrón del velero, en la zona de popa, estaba en aparente buen estado de salud cuando los miembros del operativo llegaron al lugar. El barco Salvamar Altair intentó darle remolque, pero la maniobra era difícil porque había dos bajos en las proximidades del velero.
El jefe del CCS de Fisterra, Manuel Capeáns, ha señalado que "las condiciones meteorológicas adversas, con vientos muy fuertes del nordeste, los bajos en las proximidades del velero y la falta de luz complicaron el operativo de rescate". De hecho, actualmente en la zona ya solo pueden apreciarse los restos del embarcación.
La operación se prolongó hasta las 2:30 horas, cuando el velero comenzó a hundirse y el tripulante se lanzó al mar. Fue en ese momento rescatado por la Salvamar Altair, en una operación apoyada por el Helimer 401, que iluminaba desde el aire. El náufrago desembarcó a las 3:05 horas en Camariñas, desde donde se le trasladó al Hospital de Cee "agotado y con frío, aunque en buen estado".
Además del equipo de Salvamento Marítimo, que contó con el apoyo de Capitanía Marítima de A Coruña, por tierra, también se movilizaron efectivos de la Guardia Civil.