Abre en Vigo la primera "cocina fantasma": el boom gastro que arrasa en media Europa

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A la creciente tradición de pedir comida a domicilio -para muestra el gran abanico de empresas de envío- se sumó el año pasado una cuarentena que obligó a toda la población a quedarse en casa. Entre las cuatro paredes de los hogares españoles y vigueses, la única manera de seguir disfrutando de la comida de nuestros restaurantes favoritos fue la comida a domicilio. El año 2020 terminó con unas cifras estelares de delivery.

El auge de estas opciones, sumado a cientos de factores más como los precios abusivos de los alquileres, la tercialización de los espacios urbanos o la crisis derivada de la pandemia ha llevado a muchos sectores a buscar vías alternativas de escape, salvavidas para sus negocios y parches para una situación cada vez más precaria.

La hostelería, especialmente azotada por el coronavirus y las restricciones, ha vivido un año de enormes adaptaciones y cambios. Entre bares y restaurantes han aparecido nuevas mecánicas y normas, pero también nuevos modelos de negocio que buscan exprimir nichos con grandes potencialidades, y en este sentido nacen las cocinas fantasma o dark kitchen en su nombre en inglés, dado su origen en Londres.

Fue allí donde muchos hosteleros optaron por instalar cocinas en sótanos o incluso en contenedores portuarios para hacer frente a los altos gastos de alquiler, pero ya han superado las fronteras británicas. El fenómeno se ha expandido por todo el mundo y en California ya hay empresas que gestionan hasta 30 "marcas" gastronómicas. En Miami, otras han ayudado a crear más de 4.000 cocinas fantasma en el país. En Europa también están en expansión, sobre todo en Reino Unido, pero ya están presentes en las principales capitales, como Berlín, París o Madrid.

Natalia Rey y Andrés Otero, impulsores del proyecto

¿Qué es una cocina fantasma? Se trata de establecimientos sin local, restaurantes que no son restaurantes (o al menos que no se materializan como tal). Son, en definitiva, cocinas volcadas en la preparación de platos para reparto a domicilio. No tienen sala, ni mesas ni camareros. Tan solo presencia online, ya sea mediante una página web o redes sociales, y pueden encontrarse en las diferentes plataformas de reparto.

Estas dark kitchen se manifiestan de múltiples formas: en ocasiones una cocina en un pequeño local, en otras son espacios o naves enteras equipadas para aglutinar este tipo de negocios, otras veces es un mismo restaurante el que, además de su actividad tradicional, utiliza su cocina para preparar platos para una cocina fantasma (de hecho ya hay empresas cuya única función es poner en contacto a emprendedores de este nuevo modelo con hosteleros que quieran rentabilizar aun más sus locales, alquilando o compartiendo sus fogones).

Es por esto que muchas veces, tras lo que semejan ser diferentes restaurantes en la red (cada uno con su logo, sus especialidades, su comunicación...) hay realmente un único espacio y, probablemente, una misma persona. En las grandes ciudades este fenómeno ha desatado polémica al situar cocinas industriales en medio de zonas residenciales. En la capital la burbuja del delivery ha crecido como en ningún otro sitio de España y todo el mundo quiere subirse al tren, al coste que sea.

Este mes, la dark kitchen llega a Vigo, aunque a menor escala y de la mano de dos jóvenes emprendedores, Natalia Rey y Andrés Otero, que desde hace un tiempo han apostado por el sector hostelero en la urbe, con una primera apertura en 2020 -Terra Bowls - y que llegan ahora con una apuesta más digital, la cocina fantasma. The Phantom Kitchen es el proyecto que hay detrás de estos dos jóvenes, y que promete llevar la mejor oferta gastronómica a los hogares vigueses. Para empezar a abrir el apetito proponen Brioche, un "restaurante" que asegura reinventar los conceptos de la comida rápida en su forma más "gourmet y bastarda".

Brioche es la primera expresión de lo que será The Phantom Kitchen, un paraguas bajo el que se resguardarán diferentes ofertas gastronómicas. Su oferta podrá disfrutarse desde esta semana en lo que es una carta "breve pero creativa, no queríamos una carta amplia sino poner el máximo cariño a cada plato", asegurara Natalia. "Hicimos una apertura de prueba hace dos semanas, con envío y para probar la cocina, pero abriremos definitivamente el día 30".

La emprendedora gallega comenta que, tras el buen camino de su primer local, ya tenían ganas de probar algo nuevo. "Aplicamos un modelo que cumple las tres condiciones que nosotros poníamos: tiene un mercado amplio, y además creciente con el auge del delivery, es escalable y es diferencial". Natalia y Andrés impulsaron el proyecto sin ayuda, viendo la explosión de estos negocios sobre todo tras la cuarentena y tras ver su éxito en la capital. Sin embargo, el futuro no será el mismo aquí que en Madrid, "Vigo es diferente, y aun habrá que ver cómo se lo toma la gente, pero no creo que aquí haya la misma masificación de estos proyectos" aseguran, aunque sí esperan que su propuesta inspire a otros hosteleros a probar suerte en el mundo digital.

En su página web y en las plataformas de reparto Just Eat y Uber Eats podréis encontrar su oferta y llevaros a casa una hamburguesa de black angus o un bagel de salmón entre otros platos, todos elaborados con auténtico pan de brioche, para hacer justicia a su nombre.

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