Entrar hoy en A Mina es casi como hacerlo en 1953, una taberna con solera de las que ya apenas quedan en Vigo. Esa impronta de un espacio que apenas ha sufrido cambios en 70 años es uno de los ingredientes de éxito de este popular rincón del Casco Vello vigués catapultado a un éxito apabullante de clientela. Solo hay que pasarse cualquier fin de semana por la rúa San Vicente para comprobarlo. Y ahora, ese éxito palpable se traduce en un nuevo galardón: el de local con mejor ambiente de toda la ciudad. Nada fácil en una ciudad con casi cuatro bares por cada mil habitantes.
La guía Restaurant Guru comunicó esta semana a la dirección de A Mina que habían logrado el título gracias fundamentalmente a la valoración de sus clientes. “Este reconocimiento nos pilló igual de despistados que el Solete de otoño”, comenta su gerente, Cristina García, recordando la inclusión de la taberna en la prestigiosa clasificación de la Guía Repsol.
¿Pero como se logra un galardón como este? “La clave de A Mina es el personal, el equipo que tenemos trabajando con nosotros y es súper atento”, subraya García para poner énfasis en el “buen rollo” que se logra con los clientes, que se contagia entre la clientela fiel del local y aquella que llega nueva y se encuentra con esa complicidad casi familiar.
La taberna abrió sus puertas por primero vez en 1953, y durante años se convirtió en un punto de referencia en la ciudad. Tras pasar por otras manos llegó a la "tercera generación minera" comandada por Cristina García hace poco más de nueve años, manteniendo, eso sí, su carácter “tradicional y acogedor”. “Bares así quedan menos, que entras y tienes la cocina a la vista como si estuvieras en casa de tu abuela”, comenta García para destacar que ni tan si quiere se ha tocado la barra primigenia. “Creo que no queda uno así en todo el Casco Vello de Vigo”, apunta.
El éxito de asistencia lo acredita en que es uno de los que más, sino el que más, cerveza vende en Vigo, referencia también en vermús y Aperol Spritz. “Fuimos el primero en traerlo”, recuerda su gerente en referencia a la popular bebida italiana. Y ahí también está el éxito, en combinar nuevas tendencias con lo más clásico. Aunque en la cocina, manda la tradición. Ahí no hay duda. Los mejillones ocupan el top de A Mina, su plato estrella histórico con una opción con salsa picante que se heredó de los anteriores propietarios, así como lacón, oreja, tortilla y platos clásicos. Y los mineros, como se llaman también sus clientes, encantados.
