Creo que no me sería posible escribir sobre esta película, The Disaster Artist, sin hablar previamente del tremendo (y extraño) fenómeno que es The Room. Hablar de ese largometraje, estrenado en 2003, es hablar, directa y literalmente, de su director, Tommy Wiseau, uno de los personajes más enigmáticos y misteriosos que ha dado la historia del celuloide y de su creación, The Room, considerada por muchos como la peor película de la historia.
Y, ¿quién es ese hombre? Pues a ciencia cierta, y a pesar de Room Full of Spoons, documental dirigido por Rick Harper, no se sabe. De Wiseau, a ciencia cierta, hasta se desconoce su auténtico nombre, a pesar de que un usuario de Reddit aseguró en 2014 haber descubierto que se trata del polaco Tomek Wieczor. Su lugar o fecha de nacimiento son también auténticos misterios, aunque Greg Sestero asegura en su libro que tuvo acceso a ciertos papeles que databan su nacimiento en los años 50. A pesar de afirmar él que creció en Nueva Orleans, su acento es propio de alguien que proviene de Europa del Este. Una de las premisas que imponía a todo aquel que entraba en contacto con él era que no podía hablar con el resto de la gente acerca de su persona, negándose, además, a responder preguntas sobre su pasado.
The Room se estrena en 2003. Lo que en un principio pretendía ser un drama, acaba siendo, de forma involuntaria, una desternillante comedia, a causa de su inexistente calidad cinematográfica. La película, por supuesto, fracasa en taquilla y recibe unas horrorosas críticas. A punto de ser retirada de la cartelera, ocurre lo inesperado: Michael Rousselet, bloguero, sintiendo una enorme curiosidad tras su encuentro con una gigantesca valla publicitaria de la película en una de las zonas más transitadas de la ciudad, decide acercarse al cine y ver de qué va el asunto. La revelación le llega en una sala de cine completamente vacía, a excepción de él.
Tras quedar cinematográficamente horrorizado con la aparición en pantalla del propio Tommy, Michael decidió ver el resto de la película sólo para comprobar hasta qué punto de desastre podía ésta llegar. Esta curiosidad se acabó convirtiendo en auténtico fanatismo, con Rousselet pasando la cinta entera sin ser capaz de dejar de reír. Tras salir de la sesión, Michael comienza a insistirle a todos sus conocidos con respecto a la película. Algo así (de horroroso) TIENE que ser visto. Tras convencer a un grupo de amigos, regresó al cine a ver la misma película, consiguiendo lo esperado: Sus acompañantes quedaron igual de desconcertados ante lo que estaban contemplando.
Te puede interesar: Consulta los estrenos más destacados de febrero
La bola de nieve siguió aumentando de forma progresiva y, el día anterior a ser retirada de la cartelera, cientos de personas hacían cola en el cine para poder verla. Ante la insistencia popular, y contra lo que en un principio había pensado, Wiseau decide finalmente sacar la película en DVD, alquilando, además, una sala de cine para volver a proyectarla. Las entradas se acabaron, logrando continuos aforos completos, durante varios meses consecutivos. El fenómeno siguió así, avanzando, hasta llegar a la situación actual, en la que The Room está considerada una auténtica película de culto y su proyección va sucediéndose alrededor del mundo, siendo protagonista de innumerables sesiones golfas, principalmente en cines estadounidenses. Con la sala siempre a rebosar, la gente se dedica a recitar de memoria y a gritos fragmentos enteros de la película. Se producen lanzamientos de cucharas de plástico a la pantalla siempre que sale un marco con una foto de cubertería (éstas se pueden ver en determinados momentos de la película. Miembros del equipo declararon que los marcos se dejaron con las mismas imágenes de muestra con las que venían al ser comprados) y hay balones de fútbol americano que vuelan de una butaca a otra cada vez que en pantalla aparece algo relacionado con este deporte. El público aplaude, grita, vitorea, canta y recita, al unísono, “¿quién coño es ese tío?” (en medio de la película uno de los personajes pasa a ser interpretado por un actor distinto, sin que se dé ninguna explicación para ello), cuando entra en escena el actor que sustituye a su “yo” anterior.
Lo que fracasa totalmente como drama se convierte en una involuntaria comedia. Tommy Wiseau es el director, productor, guionista y protagonista de tal esperpento, convencido de estar haciendo algo de calidad.
La película costó 6 millones de dólares, y nadie sabe, ni siquiera, cómo se las arregló Wiseau para tener ese dinero. Tal cantidad de presupuesto fue gastado en cosas como rodar tanto en HD como en 35 mm, comprar un equipo propio en vez de alquilarlo, un retrete que sólo podía ser usado por el propio Tommy o tener un sustituto para todos y cada uno de los miembros del reparto. A esto se le suma el haber alquilado una valla publicitaria en los Angeles durante un período de cinco años por 5.000 dólares al mes.
(ESTA CRÍTICA PODRÍA CONTENER SPOILERS)
https://www.youtube.com/watch?v=BaldBSGTO5Y
The Disaster Artist busca recrear, precisamente, el rodaje de semejante esperpento, siendo su objetivo el desentrañar el “misterio” de The Room, valiéndose de la comedia. Ganadora de la Concha de Oro del Festival de Cine de San Sebastián, recibiendo una larguísima ovación a lo largo de los títulos de crédito, y con un papel destacado en los Globos de Oro (con la propia película nominada en la categoría de mejor comedia o musical y con James Franco llevándose el galardón de mejor actor en una comedia o musical), se podría decir que estamos, por el momento, ante la obra definitiva del polifacético e incansable actor de películas como The Interview o 127 horas.
Los protagonistas de esta historia, Tommy y Greg, se conocen en una clase de actuación en San Francisco a finales de los noventa. Greg se queda fascinado por la intensidad con la que Tommy entiende el mundo de la interpretación, sin ningún tipo de pudor a la hora de arrancarse con cualquier tipo de material, sin importar el lugar en el que se encuentren. Ambos comenzarán una peculiar amistad que les llevará a Los Angeles, considerando ambos que es el siguiente paso natural para su carrera. Los papeles, sin embargo, no llegarán. Cuando la situación está alcanzando el punto crítico, Tommy, por tratar de levantar la moral de Greg y por propio ego, decide hacer su propia película, a pesar de no tener ni idea de cómo funciona el proceso cinematográfico. El rodaje, que se extiende a lo largo de 6 meses, es un auténtico infierno, pasando la relación entre ambos por fuertes altibajos a causa de las peculiares excentricidades de Wiseau.
El principal tema de la película es la amistad, con dos amigos que comparten sueño: El alcanzar la fama como actores. Será así cómo se embarquen en esta peculiar aventura, llena de dificultades que, por momentos, asestarán duros golpes a la relación entre ambos.
El guion de la película está basado en el libro que escribió Greg Sestero, coprotagonista de The Room, con el mismo título, narrando cómo todo comienza al creer ambos que estaban siendo infravalorados en la escuela de interpretación a la que acudían.
Te puede interesar: Mindhunter, una de las mejores series de Netflix
https://www.youtube.com/watch?v=Dq2neeeRaWc
James Franco reproduce, paso a paso, cómo se forjó semejante disparate, y para ello se convierte en el propio Wiseau, en una caracterización más que formidable. El actor logra clavar su apariencia física, ojo vago incluido, su estado aparentemente permanente de ido, su acento, la constante sobreactuación… A James le acompaña su hermano Dave, en la piel de Greg Sestero, en lo que es la primera película en la que trabajan juntos, siendo la química entre ellos más que palpable.
A raíz del acento logrado por Franco, veo muy importante señalar aquí algo: Hay películas que son imposibles de doblar, y The Disaster Artist es un buen ejemplo de ello, como es fácilmente comprobable en las escenas post – créditos de la misma, en las que se hace una comparación entre las escenas originales y las reproducidas en esta película (IMPRESCINDIBLE el quedarse hasta el final y verlas. Son una auténtica maravilla). A pesar de que no me guste, no tengo nada en contra del doblaje, pero ésta es, claramente, una película para ver en versión original. Uno de los puntos fuerte del metraje es la imitación que hace James Franco de la forma de hablar que tiene Wiseau y esto, como es lógico, se pierde por completo en el doblaje al español.
La película va más allá de The Room, tratando de comprender a Tommy Wiseau, reflejando tanto sus puntos positivos como los negativos. Muestra tanto las luces como las sombras del personaje, sin ambages.
Disfrutable y al mismo tiempo emotiva, dejando más que claro que la historia es en todo momento retratada bajo un punto de vista en el que impera la ternura y el corazón.
A pesar de lo cómico del asunto, es imposible no darse cuenta de la tragedia que se está gestando en pantalla: Mientras todo el mundo considera que Tommy es un personaje ridículo sin ningún futuro en el mundo del cine, él se considera a sí mismo un artista incomprendido.
Te puede interesar: El día que Vigo triunfó en los Premios Goya
La película no busca reírse de un Wiseau que, de un momento a otro, puede pasar de ser la persona más agradable del mundo a alguien que no te gustaría tener cerca, sino mostrar la admiración de James Franco por alguien que está más allá de lo establecido, con una personalidad propia muy marcada y por su proyecto original.
La historia de un hombre que, 19 años antes, le había dicho a un amigo que nunca iba a estar en los Globos de Oro, pero que le iba a dar una lección a Hollywood haciendo su propia película, y que acabó acompañando a James en el momento de recoger el galardón como mejor actor de comedia o musical.
La reflexión llega a través del personaje de Greg Sestero, cuando éste le dice a Tommy que, más allá de los premios y las críticas, lo que queda de una película es el recuerdo que ésta deja en los espectadores. Nadie podría hacer una película como la que él hizo, eso es lo que quedará en la mente de todo el mundo y es algo que debería tener en cuenta. Un fracaso puede terminar siendo el mayor de los éxitos, si lo enfocas desde el punto de vista adecuado.
Como el propio James Franco dijo en la rueda de prensa de San Sebastián, en la que insistió varias veces con respecto a que la película no es una parodia, “todo aquel que haya tenido un sueño se verá reflejado en The Disaster Artist.”
Con respecto a la fidelidad del proyecto, reveló que Wiseau le confesó que la película se parece en un 99% a lo que pasó en la vida real, siendo, a modo de broma, ese 1% faltante la forma que James Franco tiene de lanzar el balón de fútbol americano.
El propio Wiseau diría, tras los Globos de Oro, que “James Franco ha hecho un gran trabajo, tanto de director como de actor. Creo que ha hecho un gran esfuerzo, que muchas veces es muy difícil de ver desde fuera. Consiguió imitar mi acento. Su hermano, Dave, también hizo un gran trabajo. Se estudiaron mucho los personajes.”
Te puede interesar: ¿Es Star Wars: Los últimos Jedi la mejor película de la saga?
Estamos ante un drama disfrazado de comedia, con numerosos momentos cómicos y emotivos a partes iguales, funcionando The Disaster Artist a modo de “detrás de las cámaras” del proyecto de 2003. Una película en el estilo del Ed Wood de Tim Burton, bordando James Franco el papel de Tommy, a pesar de haber momentos en los que parece notarse que ha llevado a cabo este proyecto, en parte, por lucimiento personal.
Personalmente, he de decir que no me ha gustado tanto como me esperaba, y es que me han jugado en contra las altas expectativas que llevaba. Pese a esto, sí me parece una buena película, en la que destaca, por encima del resto, un camaleónico James Franco metiéndose en la piel del peculiar Tommy Wiseau.
Resulta agradable el guiño al espectador con la gran avalancha de cameos que podemos ver a lo largo del metraje (Kristen Bell, Bryan Cranston, J.J. Abrams…). Suma también puntos, aunque sea de forma inconsciente, el saber que Wiseau apoyó en todo momento el proyecto y se implicó en él, mostrando que sabe reírse de sí mismo. Algo negativo, en cambio, es el hecho de no haber añadido más escenas de la película original, en lo que habría sido un grandísimo punto a favor.
Resulta recomendable, aunque no imprescindible, el haber visto previamente The Room o, como mínimo, en caso de que no se quiera sufrir tanto, algunas escenas sueltas en Youtube, de forma que sea posible terminar de conectar en todo momento con la película.
Puede que en el caso de Wiseau estemos ante un artista, pero sería uno especializado en el desastre. Y es que, como se dice ya en la introducción de la película, “si les dices a los diez directores más talentosos de la actualidad que la repitan, no serán capaces ni de acercarse a lo que es."
Wiseau, aunque fuera por el hecho de estar considerado el director de, para muchos, la peor película de todos los tiempos, ha logrado su objetivo: Pasar a la historia. Más todavía: Su figura se ha convertido en la protagonista de una buena película que hará que su persona sea conocida por un público mucho mayor y quede ya inscrita en los anales del cine.
La ficha técnica de The Disaster Artist
Estreno en España: 29 de diciembre
Año: 2017
Duración: 106 minutos
País: Estados Unidos
Director: James Franco
Guion: Scott Neustadter y Michael H. Weber. Libro original: Greg Sestero y Tom Bissell.
Música: Dave Porter
Fotografía: Brandon Trost
Reparto: James Franco, Dave Franco, Seth Rogen, Alison Brie, Josh Hutcherson, Zac Efron, Jacki Weaver, Sharon Stone, Bryan Cranston, Kate Upton, Hannibal Buress, Nathan Fielder, Jerrod Carmichael, Zoey Deutch, Kristen Bell, Lizzy Caplan, Megan Mullally, Jason Mantzoukas, Adam Scott, Eliza Coupe, J.J. Abrams, Kevin Smith, Tommy Wiseau, Melanie Griffith, Judd Apatow, Christopher Mintz-Plasse, Zach Braff, Randall Park, Greg Sestero y Bob Odenkirk
Género: Comedia. Basado en hechos reales
Sinopsis: “Narra la historia real de la producción de la película “The Room”, que ha sido considerada como “una de las peores películas de la historia”. Dirigida en 2003 por Tommy Wiseay, “The Room” se ha estado proyectando en salas -completamente llenas- por toda Norteamérica desde hace más de una década. “The Disaster Artist” es una comedia sobre dos inadaptados en busca de un sueño. Cuando el mundo los rechaza, deciden hacer su propia película, un film maravillosamente espantoso gracias a sus momentos involuntariamente cómicos, sus tramas dispersas y sus terribles interpretaciones.”