Si dentro del mundo del podcast, con toda la reciente expansión que ha experimentado, hay un programa que destaca prácticamente por encima de todos los demás, ése es “Todopoderosos”. El cuarteto formado por Arturo González-Campos, Javier Cansado, Juan Gómez-Jurado y Rodrigo Cortés se ha ganado a pulso el corazón de todo el que se ha acercado a las dos horas mensuales que los cuatro ofrecen cada 30 días, combinando la cercanía con el conocimiento, todo ello aderezado con un muy particular sentido del humor capaz de sacar la risa a casi cada momento.
Ahora el grupo, aunque en formato trío (Arturo, Juan y Rodrigo), y sin ser presentado oficialmente como Todopoderosos, se presentaba este 8 de septiembre en el FICBUEU para protagonizar una de las actividades más llamativas y esperadas del cartel, una conversación entre ellos bajo el título de “De Galicia a Hollywood”.
Con un muy breve retraso, tras tener algunos problemas de sonido con un micro, la charla comenzaría algo pasadas las 18:00 horas, siendo presentada por Manuel Pena, director del festival, que contaría cómo se habían sucedido los hechos que terminaron con la presencia de los protagonistas del coloquio, tras recomendarle un amigo el podcast de “Todopoderosos”, con el que quedó enganchado, escuchando todos los programas disponibles en pocos meses. Las ganas de poder traerles al evento eran, pues, casi irreprimibles, y el deseo se terminó haciendo realidad. Manuel daba paso a los tres todopoderosos y el auditorio, lleno hasta la bandera, prácticamente se venía abajo, con una ovación que se prolongó lo suficiente en el tiempo como para evitar, hasta en un par de ocasiones, que Arturo tomase la palabra y la “clase magistral” comenzase.
Una vez iniciada la charla, los aplausos tornaron en bocas abiertas con lo que los presentes tenían ante sus ojos en el escenario. Estando en un festival con el corto como protagonista, es evidente que la charla giraría en torno a los mismos; un género muchas veces considerado menor, pero que fue reivindicado, una vez más, y con mucha solvencia, por tres de los nombres nacionales relacionados con el mundo de la cultura más reconocidos en nuestro país a día de hoy, bajo la premisa, principalmente, de que “no hay que considerar a los cortos de menor categoría artística que un largo”.
El título de la charla daba prácticamente por hecho que veríamos alguna clase de repaso a la trayectoria de un Cortés (recordemos que el cineasta es gallego, de Ourense), que fue el principal protagonista del evento por su condición de director, tomando como punto de partida sus inicios en el mundo del corto (grabaría el primero con sólo 16 años), hasta llegar a un Hollywood en el que, actualmente, ya se mueve como pez en el agua.
Con lo que finalmente nos encontramos fue, y al mismo tiempo no, algo por el estilo. Tras recalcar los protagonistas que el título de la charla no había sido elegido por ellos, lo que vino a continuación fue hora y media de conversación muy distendida, en la que sí hubo muchas referencias a la carrera de Cortés y a cómo ésta ha ido evolucionando a lo largo de los años, pero sin que en ningún momento esto monopolizara el coloquio.
Dentro de este ámbito, fueron tratados aspectos como el de su corto “15 Días”, falso documental que se convertiría en el cortometraje más galardonado en el cine español; el anuncio que el director rodó para Burger King, y que se hizo con varios premios a publicidad del año (con un aparte muy interesante acerca de cómo muchos directores ingleses, Alan Parker o los hermanos Scott entre ellos, habían tenido la posibilidad de foguearse en este género en los años 70); su inicio en el circuito español de cortos, junto a otros directores como Bayona, caracterizándose esta etapa por una inmensa competitividad entre todos ellos (pues como Rodrigo destacaría, los cortos no salen del propio circuito de los mismos, por lo que hay un continuo enfrentamiento por hacerse con el mayor número de premios que sea posible para poder seguir subsistiendo) que, destacó, ya no se ve en el mundo del largometraje; o cómo se produce ese progresivo ascenso que terminó con su llegada a Hollywood, referencias a la reciente Blackwood incluidas.
Moderada en todo momento la conversación por un siempre genial Arturo González-Campos, capaz de sacar la risa de los presentes hasta en los momentos más insospechados, aunque algo más contenido que en otras ocasiones, habría tiempo también para echar un vistazo a cuestiones como la siempre controvertida del talento, en unos tiempos en los que ya cualquiera puede “rodar algo con su teléfono móvil”. Al respecto de esto, pudimos escuchar grandes sentencias como “los medios se democratizan, pero el talento no; este último siempre se termina abriendo paso”. Se ejercieron también comparaciones, aprovechando la presencia de Juan, con su siempre peculiar y de agradecer sentido del humor, entre el primer intento literario y cinematográfico de alguien, proyectos en los que siempre “vas a poner lo que llevas guardando los últimos 30 años dentro de ti, siendo trabajos que salen directamente de las entrañas”. E incluso hubo ocasión de hacer algo de promoción (Reina roja, la nueva novela de Juan, sale el 8 de noviembre).
La charla llegaba a su fin, y una pequeña sesión de preguntas ya estaba anunciada para entonces, pero todavía se produciría una inesperada, y en tono muy cómico, aparición del director del festival, allí presente para darle a Cortés, en reconocimiento a toda su carrera, y en especial por su gran labor divulgativa en programas como lo es el mismo Todopoderosos, el Premio de Honor del festival, representado por una ánfora, algo que sería tomado con humor por el cineasta, asegurando que la pondría en su “casa junto a la otras ánforas”.
Ante el “pique” de los otros integrantes por recibir Rodrigo, y no también ellos, un premio por, como dijo Juan, “literalmente Todopoderosos”, Manuel Pena volvería a hacer acto de presencia para entregarles, también a ellos, un pequeño trofeo en forma de claqueta (dándole también una a Cortés), momento en el que volverían a “protestar” porque las cosas volvían a estar igual, con el director llevándose un premio más que ellos dos.
De entre las respuestas dadas a las preguntas de los asistentes, destacaría la relativa a cómo hacen el programa mensual, asegurando los protagonistas que “lo que se oye en Todopoderosos no está preparado. Decidimos el tema del que va a tratar el próximo episodio y ya no volvemos a hablar entre nosotros de ello. Llegamos allí sin saber qué ha visto o hecho el otro y dejamos que la magia fluya”. O cómo, preguntados acerca de la importancia que el programa tenía para ellos, Rodrigo destacaría que era, posiblemente, el “acontecimiento laboral más importante, en el sentido de disfrutar, de mi vida”.
Una auténtica maravilla, en conclusión, el poder ver y escuchar en persona lo que mensualmente disfrutamos de forma virtual, terminando la inmejorable tarde con un último regalo para todos los asistentes: una sesión de firmas con los tres protagonistas en el punto de encuentro del festival.