Francisco Fernández del Riego: el editor y activista "defensor incansable" de la cultura gallega

Publicidad

Francisco Fernández del Riego (Lourenzá, Lugo, 1913 - Vigo, 2010), homenajeado este 17 de mayo en el Día das Letras Galegas, fue un editor y activista "defensor incansable" de la cultura gallega y "puente" entre generaciones y con los gallegos en el exilio, además de impulsor de esta efeméride que hoy celebra toda Galicia.

Nacido en el municipio lucense de Lourenzá, donde pasó su infancia y adolescencia, del Riego ingresó como miembro de número de la RAG en el año 1960. Tres años después, la institución le dedicaba a Rosalía de Castro, en el centenario de Cantares Gallegos, el primer Día das Letras Galegas, una propuesta que, con el apoyo de las firmas de los académicos Ferro Couselo y Gómez Román, presentara al pleno aquel nuevo académico "lleno de deseos renovadores" que contaba ya con una "sólida historia de compromiso con la lengua y la cultura gallegas y la modernidad".

Con 20 años sus compañeros lo eligieron para pronunciar el discurso de representación del alumnado en la inauguración oficial del curso 1933-1934, el que demandaba una universidad foco de modernización y galleguización de la sociedad.

Más allá de las aulas, fue miembro del Partido Galeguista, secretario xeral de la Federación de Mocidades Galeguista y, posteriormente, parte del Seminario de Estudos Galegos.

En su etapa en Santiago de Compostela comenzó también a escribir en los periódicos como articulista, redactó manifiestos, pronunció discursos y conferencias, participó en la constitución de Galeuzca y se integró desde el primer momento en la comisión encargada de redactar el proyecto del Estatuto de Galicia.

Represaliado y "puente" 

Pero todo esto se vio frenado con el estallido de la Guerra Civil. Como muchos otros compañeros, Fernández del Riego fue represaliado por los golpistas y fue destituido como profesor de Derecho Civil de la USC, por lo que tuvo que abandonar la capital gallega e instalarse en Vigo.

Después de la posguerra, cuando tuvo que ocultar su verdadero nombre para ganarse la vida, volvió de nuevo a escribir bajo pseudónimos como el de Salvador Lorenzana.

Es en esta época en la que muchos coinciden en definir a del Riego como "puente entre la Galicia del interior y la de más allá del mar". Así, para el presidente de la RAG, Víctor F. Freixanes, del Riego, que ya en la época de la República mantenía una relación "con los viejos", como Otero Pedrayo o el propio Castelao, era también la conexión "con los viejos del Partido Galeguista y las juventudes galleguistas", de las que fue secretario general.

"La conexión con América se hacía también por establecer y reforzar ese vínculo que para ellos era tan importante", explica antes de añadir que después Don Paco también hizo "de puente" con la generación nueva: Méndez Ferrín, María Xosé Queizán o Xohana Torres.

"Una persona que tiende puentes, que establece vínculos, que impulsa, que anima, que garantizaba el respeto al pasado pero que también era garantía de futuro; un defensor incansable de la cultura gallega en todas sus formas y el primer embajador de Galicia en el exterior", expresa del mismo modo la presidenta del Consello da Cultura Galega, Rosario Álvarez.

Galaxia y Penzol

En la década de los 50, Fernández del Riego participó muy activamente en los diferentes proyectos que buscaban la recuperación del proceso cultural de Galicia, en concreto, en la creación de la Editorial Galaxia, de la que fue secretario del consejo de administración y más tarde director gerente, y desde la que animó a nuevos escritores a crear en gallego.

Además, fue también cofundador de la revista Grial (1951) y de la Fundación Penzol (1964), de la que acabó siendo director hasta su fallecimiento.

Sobre la Fundación Penzol, Rosario Álvarez explica que se buscaba un centro que, por un lado, pudiese acoger un archivo y una biblioteca, un "lugar seguro para la pervivencia de fondos importantes, documentales y bibliográficos, que tuviesen que ver con la cultura gallega; algo así como la Biblioteca de Galicia".

Por otra parte, querían también "atraer a talentos dispuestos a investigar sobre la realidad gallega, presente y pasada, para ir construyendo el relato de Galicia, de la historia de su cultura y de su identidad" a través de especialistas de todos los ámbitos.

"Entrañable y cariñoso"

De su lado más personal, habla también el secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García, que destaca que se trataba de un hombre "muy entrañable y muy cariñoso, que sabía escuchar y preguntar", además de ser "muy amigo de sus amigos" y "un gran conversador". "No presumía de las múltiples cosas que había hecho. Contaba todo como si fueran anécdotas. Tenía esa humanidad inmensa que tienen los grandes", recuerda.

Por eso, entre otros motivos, Valentín García cree que es "de máxima justicia" que Francisco Fernández del Riego pase a formar parte de la lista de homenajeados en la fiesta de la lengua y la literatura gallega.

Por su parte, Rosario Álvarez recuerda el carácter respetuoso y afable de del Riego, aunque "con genio". "Sí que tenía personalidad, tenía genio, pero también era una persona que servía de impulsor, sin ponerse nunca en primer lugar".

"Yo era mucho más joven y tenía un trato con nosotros, que éramos chavales en aquel momento, que no nos hacía sentir como tal, sino como alguien con quien se quiere contar y en el que se deposita confianza. Te impulsaba pero no tenía una actitud paternalista ni condescendiente. Era muy gratificante esa relación. No se metía en tu vida, simplemente estaba ahí; un respaldo y un aprecio pero sin sentir una ingerencia o que estás siendo manipulado más allá de tus propias reflexiones o deseos", detalla.

Así lo recuerda también Malores Villanueva, biógrafa del homenajeado, que define a del Riego como una persona "comprometida, tremendamente responsable y coherente, que demuestra que es totalmente compatible trabajar y ser riguroso con disfrutar".

Salir de la versión móvil