La cineasta vasca Jaione Camborda (afincada en Galicia desde hace 14 años) reconoce estar aún procesando el impacto, "inesperado", de haber recibido la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián por 'O Corno', galardón que recogió hace justo ahora una semana. "Es muy importante pero bueno, entiendo que ni era menos antes ni soy más ahora; pero sí tengo más altavoz y, con lo cual, más responsabilidad", reflexiona.
Para la directora, lo más importante es que lleve al público al cine (donde se estrena el próximo 11 de octubre). "Creo que está teniendo resultados porque muchas salas se han adherido. Y eso es de celebrar", insiste en una entrevista concedida a Europa Press.
Mientras espera a que "se asiente" y ver "qué trae a nivel de proyección y de libertad creativa para el futuro", Camborda reconoce lo especial de recoger un premio en su ciudad natural, donde descubrió el cine. "Mi madre era muy asidua al festival y ahí empecé a ver filmes diferentes. Recuerdo esa sensación de decir: esto no lo había visto antes; esa cosa extraña que te sucede cuando ves algo a lo que no estás acostumbrado y que te despierta algo".
Cierra el círculo volviendo al Kursaal con una cinta --rodada en gallego, idioma que adoptó hace 14 años cuando se instaló en Galicia-- que narra la huida hacia Portugal de María, comadrona en A Illa de Arousa en 1971, tras participar en un aborto clandestino que sale mal.
P: La tuya es la primera película que gana la Concha de Oro en una lengua cooficial. Con el debate que se está produciendo ahora en torno a esto, ¿qué supone este premio?
R: Yo creo que el cine, como cualquier arte, siempre va un poco por delante, ser punta de lanza. El cine hace tiempo que intenta normalizar esta situación, apostando por reivindicar que es una riqueza tener muchos idiomas, crear desde esos idiomas. En ese sentido creo que vamos por delante, y ahora el seno político también se está intentando asentar, y me parece una buena noticia.
P: Otra 'barrera' que rompe es la del género. Eres la primera mujer española que gana en el certamen. Ha dicho alguna vez que quiere hablar de cine y no de género...
R: A ver, ser la primera siempre significa que no está normalizado, con lo que todavía hay trabajo que hacer y yo creo que todas las mujeres estamos muy dispuestas aún a hablar del hecho de ser mujer creando pues por esa razón. Porque no está normalizado todavía, pero sí que ansiamos ese momento en el que eso no sea noticia. Queremos hablar de cine también.
"Tenemos un altavoz que no habíamos tenido"
P: A ti y a otras coetáneas es habitual que se os ponga la etiqueta de 'historia femenina' o 'feminista'. ¿Se espera que las mujeres directoras hagan un cine más reivindicativo?, ¿notáis presión?
R: Yo no lo tomaría tanto como una presión, sino como una lógica de nuestros tiempos. Estamos en un momento histórico. Está en ebullición esa necesidad de poner sobre la mesa nuestros derechos. Ahora, más que nunca, tenemos un altavoz a través del cine que no habíamos tenido para expresar nuestras inquietudes.
No es tanto reivindicación como que estamos, de alguna manera, explorándonos a nosotras mismas, como sí nos viésemos por primera vez en un espejo. Obviamente tenemos referentes, hubo mujeres que nos abrieron camino, pero ahora por fin tenemos una generación más fuerte. En ese sentido ya no es una cuestión únicamente política, es una cuestión existencial.
P: Una cuestión existencial en la vida de una mujer puede ser el aborto o el nacimiento de un hijo; temas que se abordan en la película en un contexto patriarcal y opresivo, pero ambiguo para el espectador (por la imagen, la historia podría ser actual). Ahora que también están a debate ciertos derechos sobre el cuerpo de las mujeres, ¿hay una intencionalidad en esta ambigüedad?
R: Para mí es importante que la narrativa fluyera dentro de lo existencial, entre Eros y Tánatos, esa capacidad de concebir de la mujer, esa parte animal del ser humano. Pero claramente, dentro de eso, se hacía necesario poner sobre la mesa ese control histórico sobre la mujer y cómo necesitamos nuestros derechos y libertad para decidir sobre nuestro cuerpo.
En efecto, utilizamos todos los recursos cinematográficos para traerlo al presente, para establecer un diálogo con la actualidad y que de alguna manera esta cuestión esté sobre la mesa hoy en día. Creo que no debemos olvidarlos porque no está tan lejos y hay voces que de alguna manera nos están poniendo en peligro, en esa situación.
P: Una de las partes más comentadas de la película es la secuencia del parto, muy pura y de casi 10 minutos, y que ha provocado algún desmayo en las proyecciones de San Sebastián. ¿A qué se debe esa elección estética?
R: En efecto, es inmersivo, es meterte en una cuestión emocional fuerte, es muy físico. Pero es un parto que está trabajado desde el fuera de campo, no ves ni una gota de sangre. ¿Qué pasa? Que creo que el fuera de campo es más poderoso que lo que ves. De hecho, estamos en una sociedad muy acostumbrada a ver mucha violencia explícita. Y, de repente, un parto, que ni siquiera muestra grandes cosas, y la gente se desmaya. De todos modos, creo que hacía mucho calor en la sala.
"En Galicia se hace un cine muy potente"
P: Las fronteras también tienen una gran importancia en la cinta (la protagonista huye por la 'raia' que separa Galicia y Portugal). ¿Cómo fue el proceso de localización?
R: El parque natural de O Carreirón (Illa de Arousa) siempre ha sido un lugar de inspiración. En verano siempre me quedaba muy impresionada con el espacio, casi como se fuera extraterrestre de lo especial que era. Y después, también la idea de aislamiento, de no tener puente en una época en que ya comenzaba a haber más medicalización en los partos. Y luego la raya como lugar fronterizo. Las fronteras son algo también que recorre el film. Fronteras políticas, no reales, no culturales, impuestas, en la que la gente se dejó la vida.
P: A diferencia de tu primer largo Arima (2019), para O Corno te has juntado con otras dos productoras (Miramemira y Elástica). ¿Qué te han aportado?
R: Formamos una familia de productoras, para mí eso es clave, juntas podemos mover mucho más. También para sentir el calor del acompañamiento. Y también es verdad que el film tiene más posibilidades económicas, por lo tanto, tenemos más tiempo de rodaje. Todo cambia un poco. Pero bueno, encontré mucha libertad para crear.
P: A María, la protagonista, no la interpreta una actriz al uso, sino una bailarina de danza contemporánea (Janet Novás). ¿Por qué esta elección?
R: Cuando hacía el casting siempre invitaba a actrices profesionales y no profesionales, y para la principal invité también a varias bailarinas porque pensaba que ahí podía encontrar algo. Y de Janet conocía su trabajo, muy potente. Creo que ella tenía esa capacidad de habitar las emociones a través del cuerpo, de tener presencia, que mucho de este personaje es ser una mujer fuerte corporalmente y además conocer bien el mundo del rural (es de Cans, de O Porriño). Y es además una persona muy inteligente en todos los sentidos.
P: Tu Concha de Oro se añade a la lista cada vez más amplia de películas gallegas reconocidas internacionalmente. ¿Cómo ve a la industria aquí en Galicia?
R: En Galicia se hace un cine muy potente desde hace bastante tiempo, muy comprometido con la vida, con el cine. En ese sentido, creo que estamos en un momento de bonanza, que también hizo cambiar incluso las propias instituciones para poder financiar mejor este tipo de films. De alguna manera, caía por su propio peso, que estas cintas estaban rompiendo fronteras. Creo que debemos cuidar ese cine, a esos creadores, y celebrarlo también.