“Los ‘pogos’, aunque yo siempre huyese de ellos”. “El ‘post función’, donde el público y la compañía se juntaban para comentar vivencias del espectáculo y de la vida”. Esto es lo que más echan de menos Carlos Villar y Marcos Alonso, responsables de las Salas Rebullón (Mos) y Ártika (Vigo), respectivamente. Dos locales de iniciativa privada que, a pesar de las restricciones impuestas, continúan organizando eventos culturales porque “somos unos cabezones”, justifica Villar.
Apertura de sala una hora antes del espectáculo, medición de temperatura, desinfección de manos, distancia de seguridad entre asientos, marcas que delimiten la circulación del público dentro del recinto, mascarilla puesta en todo momento… y un sinfín más de medidas que las salas han ido adaptando a los protocolos necesarios para poder llevar a cabo su función. Pero la actual restricción de reducir a 30 personas el aforo máximo en recintos cerrados complica todavía más la realización de espectáculos.
“Económicamente esto es una sangría para nosotros, pero gracias al apoyo de la Comunidad de Montes de Tameiga, podemos seguir apostando por la cultura”, explica el responsable de la Sala Rebullón. Por su parte, los responsables de la Sala Ártika han tenido que solicitar las ayudas de AGADIC (Axencia Galega das Industrias Culturais) e INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música) para “ir tirando con lo que podemos en estos momentos tan complicados económicamente”, manifiesta Alonso.
Con las actuales medidas de restricción, ¿cuánto tendría que costar una entrada para que compensase económicamente realizar un evento para una treintena de personas? ¿Serán acaso 10 o 15 euros por persona suficientes para cubrir el pago del trabajo que realizan técnicos de luz y sonido, productores, gente de sala y el caché de los artistas para que nosotros podamos disfrutar del espectáculo? En el informe publicado el pasado mes de octubre por el Ministerio de Salud se hacía constar que las actividades culturales habían sido causantes de tres brotes de contagios en toda España, con un total de 29 personas contagiadas de COVID19 a nivel nacional. Siendo éstas un ejemplo de cumplimento de medidas de seguridad, ¿son tantas restricciones de aforo justificadas?
Ya sea con 60 personas, como antes, o con 30, como ahora, ambos recintos quieren “seguir ofreciendo cultura, porque en estos momentos la gente necesita más que nunca poder escapar de la realidad, a veces tan demoledora, que se apodera de nosotros”, explica Alonso. Es por ello, que la programación se mantiene y este fin de semana, en el local vigués, se podrá disfrutar hasta el domingo, a las 20.30 horas, de la representación de "Here comes your man" de la compañía Tarambana (Madrid). Por su parte, la Sala Rebullón, ya tiene el aforo completo para su evento del sábado a partir de las 18:00 horas, dos grupos de casa, “Sustanciadxs” y “The Turre’s Band”, realizarán sendos conciertos para las 30 personas que pudieron comprar las entradas primero.
Con un panorama tan inestable y un futuro tan incierto, es fácil que el pesimismo se cuele entre los organizadores. “Creo que esta situación va para largo, pero ojalá me equivoque y podamos estar ‘gastando valla’ en los festivales el próximo verano”, ansía Villar. Sin embargo, el optimismo se mantiene latente y, con cierta esperanza, Alonso aguarda poder poner pronto un cartel que diga “entradas agotadas, pero de verdad, no porque no se puedan vender más”.