Los estilos urbanos que marcaron el jueves el inicio de O Son do Camiño dieron paso este viernes al rock de los 90, encarnado en uno de los referentes del género. Liam Gallagher, el que fue vocalista de Oasis, cuativó a las más de 40.000 personas que asistieron a su espectáculo en O Monte do Gozo.
Antes de arrancar con el concierto, el público ya buscaba los mejores sitios frente al escenario Xacobeo, el principal, sobre el que Liam y su banda, comenzaron a tocar pocos minutos después de la hora prevista.
Sobre el escenario, un cartel de 'Rock 'N' Roll' y una bandera en la que se podía leer 'MCFC Spezial' en honor al Manchester City, equipo inglés de fútbol del cual Gallagher es aficionado.
El de Manchester saltó a escena con una vestimenta informal, chubasquero y pantalón negros y gafas de sol, y su ya típica actitud dejada y chulesca, tras un vídeo introductorio del cantante que describía su personalidad como "optimista" o "amante" y en el que aparecía reflejado la fecha y el lugar del concierto. Gallagher es uno de los pocos artistas internacionales que no se cayeron del cartel de 2020, edición anulada por la pandemia de Covid-19.
Las gradas lo lo recibieron entre aplausos y vítores de "Liam, Liam" pero, a pesar de su energía, el público era menor que, por ejemplo, en la actuación de C. Tangana. En esto puede haber influido, como comentaron algunos de los asistentes, la hora del concierto --un viernes en horario laboral--.
Además, el espectáculo del excantante de Oasis se solapó con el del trapero argentino Duki, que si bien llenó hasta reventar el escenario secundario, cuenta con un menor aforo.
Ya en escena, el concierto arrancó con varios temas de su carrera en solitario como 'Everything's Electric' y 'Wall of Glass'. Durante esta última canción, Gallagher avistó entre el público a una joven con una pancarta en la que pedía al artista su pandereta. Este, sin dudarlo, arrojó el instrumento a la chica que no cabía en sí de la emoción.
La huella de Oasis
Liam Gallagher revisitó, como es de rigor en estos casos, el pasado para encandilar al público. El mancuniano interpretó para los asistentes varios de los temas que le hicieron saltar a la fama con Oasis. 'Rock N Roll Star', 'Supersonic' o 'Slide Away' lograron que los espectadores comenzasen a entonar las letras de la agrupación separada en 2009.
Pero el momento cumbre de la actuación de Gallagher fue cuando este tomó el micrófono e introdujo la siguiente canción con un mero "Today is gonna be the day". La audiencia identificó al instante que ya era el turno de 'Wonderwall', una de las canciones más reconocidas del grupo británico, coreada sin descanso por los asistentes.
Como es habitual desde que los hermanos Gallagher disolvieron Oasis, Liam no interpretó 'Don't look back in anger', el otro himno de los británicos. Y es que Liam no interpreta en directo --salvo en contadas ocasiones como en el concierto homenaje a las víctimas del atentado terrorista de Manchester-- los temas que, en la versión de estudio, eran interpretados por su hermano Noel. Entre ellos, el clásico 'Don't Look Back In Anger'.
El concierto finalizó con 'Champagne Supernova' y, tras acabar el tema, se pudo leer como los labios de Liam confirmaban que había llegado el final con un "I'm out". El público, como al comienzo de la actuación, reconocía entonces al artista con una fuerte ovación y coros de "Liam, Liam".