El movimiento feminista sigue vivo en Vigo en un 8M que volvió a reunir a miles de personas

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Vigo no falla a su rol de urbe reivindicativa. La ciudad olívica tiene ese alma de enarbolar la bandera revolucionaria que demanda cada época social. La historia lo demuestra. Las calles están forjadas de la lucha de generaciones que dejaron su impronta en aquellas protestas de 1972, en la recta final del franquismo, continuaron con el naval y ahora lo hacen con el feminismo. Sí, el "Día de la Mujer" no es solo el 8 de marzo. Lo es todos los días del año. Sin embargo, el 8M es esa jornada en la que se da un puñetazo sobre la mesa, es el día en el que el feminismo muestra su fortaleza ante las amenazas que irrumpen en una época tan complicada y tan dura como la actual en la que proliferan las actitudes y los actos machistas.

Cientos de personas se daban cita a las 19:30 horas en Praza España. Percusión. Proclamas. El feminismo empezaba a dejar su huella en este 8 de marzo, en una manifestación que emulaba el recorrido de la de hace dos años, con final en la Alameda. "Nin escravas, nin heroínas. Mulleres con dereitos xa!", rezaba una de las pancartas que comandaban la movilización. La inmensa marea morada empezaba a conquistar las principales calles de la ciudad olívica. La desigualdad laboral, el patriarcado o la violencia machista eran algunas de las máximas reivindicaciones que proclamaban las miles de personas que participaron en la marcha.

"Máis recursos e menos discursos", "Contra o patriarcado, feminismo organizado" o "Respeta nuestra existencia o espera resistencia" eran algunas de las proclamas de una manifestación del 8M que en esta ocasión no contó con la convocatoria de huelga por parte de las principales organizaciones. Asún así, Vigo volvió a erigirse en una de las grandes urbes feministas del país, tiñéndose de violeta para clamar por la igualdad entre hombres y mujeres y por el fin del machismo.

La manifestación de este año tenía una particularidad con respecto a sus predecesoras. Al ser un día laboral normal, la participación en la marcha aumentaba cuantitativamente a medida que avanzaba la marea morada. Los cruces de Gran Vía con Venezuela o Urzáiz suponían la adhesión de más adeptas y adeptos en esta movilización en la que quedó patente que el movimiento feminista está muy vivo en Vigo. Porque el machismo existe. Así se demuestra en las historias que relatan cuatro gallegas a Andrea Nogueira en uno de los reportajes que forman parte del especial de Metropolitano.gal sobre el 8M o sobre las experiencias de cuatro mujeres en el sector de las TIC recogidas por Carolina Cifuentes en una serie de entrevistas en un sector laboral donde no predomina la presencia de la mujer. En la manifestación, Vigo volvió a ser un ejemplo de que seguirá empujando, luchando, para alcanzar el objetivo de una sociedad en la que no haya diferencias simplemente por el hecho de ser mujer.

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