Por qué reivindicar el 8M, Día Internacional de la Mujer, este 2019

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Este 8 de marzo el mundo celebra su Día Internacional de la Mujer. La jornada, que se remonta a inicios del siglo XX, tiene como antecedentes diversos hechos históricos que van desde el movimiento sufragista al incendio de una fábrica en Nueva York en el que murieron más de 140 mujeres que trabajaban encerradas y no pudieron escapar. Se encontraban en huelga para reclamar mejoras laborales y el dueño decidió encerrarlas dentro.

Según la ONU el primer Día de la Mujer se celebró el 28 de febrero en Estados Unidos en 1909, jornada auspiciada por el Partido Socialista. Unas 15.000 mujeres marcharon por la ciudad de Nueva York exigiendo una reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derecho de voto.

Sin embargo, el día 8 de marzo fue declarado oficial por la ONU en 1975 y se inspira en la fecha en la que las mujeres rusas iniciaron una huelga de “pan y paz” en respuesta a las penosas condiciones en las que vivían. El Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho al voto. Sucedió el 23 de febrero según el calendario juliano utilizado entonces, es decir, el 8 de marzo atendiendo al calendario gregoriano.

¿Cuáles son las reivindicaciones del 8M este 2019?

Tras las masivas movilizaciones del año pasado, que rompieron todos los registros y convirtieron en un auténtico éxito la llamada a manifestarse, con cientos de miles de personas en las calles, este 2019 la Comisión del 8M recuerda que hay 1.000 motivos.

La organización vuelve a recordar que se convoca una huelga en todos los espacios de la vida “que va más allá de lo que tradicionalmente se ha entendido como huelga general”. Porque la participación de las mujeres es nuclear en todas las esferas de la vida, y la huelga tiene que alcanzar, además del ámbito laboral, otros trabajos y espacios: el de los cuidados, el consumo, la vida estudiantil y asociativa.
Por ello, entre los motivos está el grito para finalizar con “todas las violencias” que las mujeres sufren en todos los ámbitos y espacios de sus vidas: en el hogar, el trabajo, y los espacios públicos, en la pareja, la familia, el entorno laboral, la sociedad, y las instituciones del Estado.

El propósito, aseguran es “subvertir el orden del mundo y el discurso heteropatriarcal, racista y neoliberal”.

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