Vigo vivió y disfrutó de la Cabalgata de Reyes más atípica que se recuerda. El coronavirus ejerció un efecto frontal en el evento más esperado por los más pequeños en las fechas navideñas. La pandemia ofrecía dos opciones con respecto a la cita con Melchor, Gaspar y Baltasar: suspenderla o convivir con el COVID19 con un estricto protocolo sanitario. Se optó por lo segundo. El Concello quería que estas fiestas fueran las navidades de los más pequeños. Si ese es el objetivo, tiene que haber encuentro con Sus Majestades de Oriente. Y lo hubo, pero con una serie de modificaciones que harán que lo vivido durante esta jornada del 5 de enero en la Avenida de Castelao sea inolvidable.
Los Reyes Magos sintieron otro año más el calor de las niñas y niños de Vigo. Esa tradición no faltó, pero todo fue distinto: el escenario, el horario e incluso la forma de interactuar con Melchor, Gaspar y Baltasar. El estricto protocolo antiCovid se nota en un simple dato. En la Cabalgata de Reyes del año pasado el Concello cifró el número de asistentes en 200.000 personas mientras que la comitiva real estuvo compuesta por 1.250 participantes. Doce meses después, inmersos en plena pandemia, el Concello restringió el acceso a aquellas familias con cita previa. El resultado fue de 7.000 reservas, 500 más de las previstas, y alrededor 35.000 personas que vieron de cerca a Sus Majestades de Oriente durante las ocho horas que duró el evento..
La Cabalgata de Reyes de Vigo mudó el carácter multitudinario de las últimas ediciones por el maratoniano. El evento arrancó a las 12:00 y finalizó a las 20:00 horas. El objetivo, que el mayor número de familiares pudiera ver de cerca a Melchor, Gaspar y Baltasar. Esas ocho horas de funcionamiento permitieron contemplar las carrozas tanto de día como de noche, un factor que provocó que el Concello de Vigo apostase por colores vivos para que destacaron tanto a la luz del sol como a la luz de la luna.
Otro factor que quedará por siempre en la memoria colectiva será el de los caramelos. El primer obsequio que ofrecen los Reyes Magos antes de entrar en nuestras casas y dejarnos los regalos son estos dulces que, en esta ocasión, no se arrojaron desde las carrozas, sino que eran los voluntarios de la Cabalgata los encargados de hacer la entrega a las familias una vez completasen el recorrido de una comitiva real que estaba compuesto por ocho carrozas, dos autobuses y la representación de varios grupos de animación que aportaban diversión y colorido a esta gran fiesta que pone fin a la Navidad.
La pandemia dejó su impronta casi a cada metro de recorrido. Provocó que las carrozas estuvieran estáticas, circuitos peatonales, cambio de escenario, distancia de seguridad interpersonal entre público y Reyes Magos, mascarillas y la presencia de gel hidroalcohólico para la desinfección de manos. El coronavirus, sin embargo, no pudo con la magia de Melchor, Gaspar y Baltasar. Sus poderes son invencibles. Gracias a ellos y a la bonda de las niñas y niños de Vigo, la Avenida de Castelao acogió el regreso de las grandes civilizaciones del mundo, civilizaciones como la china, la romana, la hindú o la egipcia que volvieron siglos y siglos después para mostrar su grandeza en la Cabalgata de Reyes de Vigo 2021, la Cabalgata que jamás olvidaremos y que, esperemos, sea la única con un protocolo antipandemia.