Así es el recorrido autoguiado que prepara Vigo a través de su historia

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El Concello de Vigo puja fuerte por colocarse en una posición de ventaja en la economía y sociedad del futuro, pero no quiere olvidar su historia. En una combinación entre modernidad y pasado, la ciudad olívica conjuga a la perfección su camino sin pausa como primera economía gallega con el respeto y puesta en valor de la historia que la llevó a ser la primera urbe de Galicia.

En los últimos días quizá hayas visto unas extrañas marcas rojas sobre el suelo de diferentes puntos del Casco Vello. ¿La respuesta? Un recorrido autoguiado por la muralla olívica, una visita a través de lo que fue la defensa de la ciudad, protagonista de excepción en la historia viguesa como la Reconquista y hoy prácticamente desaparecida.

La visita está guiada a través de diferentes paneles informativos y los que lo sigan podrán comprender los cimientos del viejo Vigo con códigos QR que nos llevarán a diferentes páginas web con mapas, explicaciones e ilustraciones de cada punto.

Esquema del relieve en el que se construye la muralla // Concello de Vigo

El recorrido arranca en el fuerte de San Sebastián, en lo que fue el sistema defensivo de la villa junto a la fortaleza de O Castro. Del total de 14 paradas de la visita, el Fuerte de San Sebastián protagoniza cinco. Allí, vigueses y turistas podrán conocer la historia de la largamente demandada fortificación para hacer frente a los ataques marítimos que periódicamente asolaban la costa, como el ataque corsario de John Culpepper y en plena guerra con Portugal.

“Sebastián, máis que unha cidadela”, “Vigo, presa fácil de piratas”, “Sebastián, lugar estratéxico” y dos azulejos con mapas de históricos de la villa componen estas cinco primeras visitas.

Castillo de San Sebastián a finales del XIX // Concello de Vigo

De esta forma, los visitantes arrancarán este trazado en uno de los puntos más altos de la ciudad. Allí, primero se encontraba la llamada Fortaleza do Penso, derribada por el ataque de Pedro Madruga.

Después de decenas de años sin protección, finalmente se levanta en 1656 la ciudadela o fuerte de San Sebastián. El enclave, que creció con los años protagonizó también la Reconquista de Vigo ya que allí explotó el polvorín y derrumba la colegiata. Este enclave histórico y fundamental, que explica el nacimiento de la villa fue uno de los que más sufrió el desarrollismo desbocado de los 70 con la construcción del edificio de la Casa del Concello, que provocó la destrucción de buena parte de sus muros.

Estado actual de la Fortaleza de San Sebastián // Metropolitano.gal

La siguiente parada nos hará bajar por las escaleras aledañas al Concello para llegar a la calle de la II República. Junto a las escaleras mecánicas, y a otra parte de la historia de Vigo como la Mina de Neptuno, un panel nos da la bienvenida para explicarnos las características de una “muralla de alma medieval y cuerpo moderno”.

Lo cierto es que, la muralla, diseñada por el vigués Andrés de Arce y Castro, no se ajusta a los principios de la fortificación moderna. El Desnivel del terreno, la urgencia constructiva debido a los constantes ataques y el gran número de casas, unido a los escasos medios para construirla, condicionaron su resultado final haciéndola más débil que otras fortificaciones de su época.

El ecuador del recorrido nos hará continuar descendiendo en nuestro camino para encontrarnos con el mar. La séptima parada nos llevará por la Porta do Sol hacia Carral y la antigua Porta da Gamboa, protagonista de la Reconquista de Vigo y los “hachazos” de Carolo y Cachamuíña.

Nuestro caminar por el recorrido autoguiado de Vigo nos llevará hasta lo que fue la antigua punta costera de A Laxe, donde se situaba el mayor baluarte de la muralla de Vigo. Este punto fue clave en la defensa de la villa durante los diferentes ataques piratas a los que la ciudad, como si fuera una pesadilla que se repite, hacía frente habitualmente.


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En este mismo punto la Reconquista se abre paso. La posteriormente proclamada fiel, leal y valerosa villa de Vigo tuvo que abrir las puertas de sus murallas para evitar un baño de sangre a manos de los franceses. La relación intramuros con las guerrillas del exterior y el asedio al ejército galo fueron fundamentales. Los vigueses y viguesas de la época supieron aprovechar su muralla para debilitar al enemigo.

Es en este punto del recorrido donde se conservan los primeros restos de la muralla descubiertos en el subsuelo, hoy cubiertos para facilitar su conservación tras años de exposición bajo un cristal.

Llegamos al barrio de A Pedra, epicentro de la ciudad al borde del litoral. Hoy, tras los continuos rellenos nos resulta imposible imaginar cómo era esta zona de la ciudad, por ello, durante la visita, el Concello ofrece recreaciones para que podamos contemplar aquel Vigo del siglo XVIII.

Así era A Pedra en el siglo XVIII // Concello de Vigo

La iglesia, el Concello, el hospital de pobres y peregrinos y las casas principales estaban situadas en este punto. En A Pedra también se hacía mercado y concejo abierto: reunión pública donde se trataban los asuntos de la villa.

Siguiendo la muralla viguesa llegaremos a las dos paradas finales, para abandonar la fortificación en O Berbés, el barrio de los pescadores y marineros donde la playa se empleaba para la extensión de las redes y la ciudad abrazaba al mar.

Finalmente, el recorrido llega al Paseo de Alfonso XII, frente a la calle de Subida ao Castelo y lo que fue la Porta da Falperra. Allí, sepultada por cimientos, hormigón y tuberías todavía se conserva parte de la muralla que en ese punto alcanzaba los 4 metros de altura.

Recreación de la muralla a su paso por el actual paseo de Alfonso XII // Concello de Vigo
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