Una pequeña ruta con cascada que te permite poder comer unos pinchos sentado a la orilla del río en un local con premio de la Guía Repsol. En el año 2014 el Concello de Redondela acondicionó este pequeño rincón desconocido para muchos vecinos pero que gracias a unas pasarelas y escaleras de madera bordeando el río Alvedosa ahora es un imprescindible a visitar en la localidad costera.
Para realizar esta pequeña caminata tendremos que trasladarnos al municipio de Redondela, bien en tren, donde la localidad tiene un par de estaciones muy próximas a la cascada, denominadas Redondela AV y A Picota, ambas a menos de media hora andando del lugar y con numerosas frecuencias de paso. O también se puede ir en autobús, con numerosos trayectos de las empresas Monbús, Raúl y Autos González que conectan la villa con diferentes puntos de la provincia.
Una vez en Redondela, hallar el punto de partida de esta pequeña ruta de senderismo será sencillo. Si nos ubicamos en la Praza de Ribadavia, también conocida como el cruce de la farola, tendremos que ir hacia el este, por la rúa Xoán Manuel Pereira, que es la carretera PO-250, unos 500 metros. Una vez pasada la rotonda que hay debajo de las vías del tren a unos 250 metros encontraremos una sutil señal que nos indica que O Muiño Vello queda a mano derecha, por lo que habrá que coger el desvío por el Camiño Contixe, que nos llevará a un pequeño terreno con unos árboles donde se puede dejar el coche. Esta zona es utilizada por la clientela del convertido en taberna-furancho desde 1984 conocido como O Muiño Vello, por lo que no siempre se encontrará espacio para aparcar.
Una vez aquí, tendremos que cruzar la terraza del furancho, donde se halla un puente de madera que pasa por encima del río y se une con las escaleras que bordean la cascada de “salva un desnivel de unos 15 metros”, aseguran desde el Concello de Redondela. En este rincón se puede disfrutar del encanto y la poza en la que termina esta fervenza, que en su alto tiene un mirador de piedra de una propiedad privada que le suma un aire de fantasía al lugar.
Tapas con los pies en el agua
Se puede seguir la ruta por la ribera del río o volver a subir las escaleras para disfrutar de unas buenas tapas al más puro estilo enxebre en O Muiño Vello. Este viejo molino de 1754 fue restaurado y adaptado como tapería-restaurante en 1984 convirtiéndose en uno de los rincones más míticos de la zona para una tarde o noche de gastronomía gallega en una zona llena de encanto. La terraza se adapta al entorno riberense, con mesas en las que casi puedes poner los pies en el agua y rodeada de toda la vegetación que cambia con las estaciones. Este local fue premiado en 2022 con un premio Solete de la Guía Repsol a mejor terraza de Galicia, convirtiéndose en uno de los tres únicos locales premiados ese año en la provincia.