Galicia es la tierra del agua, de ahí viene el dicho de que somos el país de los 10.000 ríos que riegan cada uno de los rincones de esta tierra. Y en primavera y verano los cursos fluviales se convierten en auténticos refugios climáticos con pozas naturales donde disfrutar de aguas cristalinas y frescas rodeadas de plena naturaleza para huir del mundanal ruido y el estrés diario.
Cuando los termómetros rozan los 30ºC, son muchos los que se desplazan a las playas gallegas, pero en el interior los ríos nos ofrecen piscinas naturales donde conectar con nuestra parte más natural y, por momentos, sentirnos algo exploradores recorriendo senderos y espacios poco transitados. Siempre con precaución y evitando riesgos, que pueden salir muy caros, te proponemos cinco pozas naturales en Galicia para un fin de semana de calor y cielos despejados, ¿quién puede decir que no a un refrescante chapuzón?
Pozas de Mougás en Oia
Las Pozas de Mougás, ubicadas en el cauce del río Peito en Oia, Pontevedra, forman charcas y cascadas rodeadas de abundante vegetación. La más conocida, Poza Grande, permite nadar, bucear y disfrutar de masajes naturales bajo su cascada. El agua cristalina y tranquila es ideal para familias con niños. Se recomienda llevar una cesta de picnic y aprovechar las piedras o la zona de merendero con mesas y fuentes. Estas pozas son parte de la Ruta Máxica de Oia, un recorrido de 20 kilómetros que destaca el patrimonio cultural y natural de la zona, incluyendo miradores, piedras grabadas y el bosque mediterráneo más occidental de Europa, siendo un plan perfecto para el fin de semana.
Situadas en un entorno natural algo recóndito, no tienen un acceso completamente sencillo, aunque no presenta grandes dificultades y está bien señalizado. Sin embargo, es importante considerar que la accesibilidad no es total, lo que puede hacer que llegar a algunas de las piscinas naturales resulte complicado si se va con niños. Ver ubicación aquí.
Pozas de Melón
A menos de una hora de Vigo se encuentran las Pozas de Melón, en un entorno natural impresionante. Además de bañarse en estas pozas, los visitantes pueden explorar la historia y etnografía gallega a través de los hórreos y los restos de un antiguo monasterio, evocando la vida de tiempos pasados. Se trata de unas piscinas naturales que nacen del río Cerves. El curso fluvial deja a su paso diferentes pozas con tamaños y formas caprichosas en medio de la naturaleza.
Para llegar a las Pozas de Melón, situadas en la "Ruta del Agua", basta con conducir 50 minutos desde Vigo por la carretera N-120, siguiendo Google Maps hasta un aparcamiento gratuito. Desde allí, un sendero de tierra nos llevará hasta nuestro destino. Aunque la primera poza es muy popular, caminar 10 minutos más permite acceder a tres pozas adicionales y una cascada, ofreciendo vistas únicas y un espacio lleno de tranquilidad y diversión. Son unas de las pozas más populares de Galicia. Ver ubicación aquí.
Pozas do Carboal, en Dumbría
Aunque Dumbría, en la Costa da Morte, es más famosa por la espectacular Fervenza do Ézaro, también alberga tesoros menos conocidos como las Pozas do Carboal. Este conjunto de pequeñas cascadas y piscinas naturales se extiende a lo largo de 800 metros en el descenso del río Buxantes, ofreciendo un paisaje impresionante que merece ser explorado.
Para llegar a ellas hay que iniciar la ruta en la carretera DP-2302, alrededor del kilómetro 7, junto a una casa y una carpintería. Como no es posible acceder en coche, hay que encontrar aparcamiento cercano. La senda desciende por el monte y, al llegar a una bifurcación, se debe girar a la izquierda para seguir hasta las orillas del río. A lo largo del recorrido, se revelan las piscinas naturales y cascadas de agua cristalina, descendiendo 40 metros a través del río Buxantes. Debido a la falta de señalización, se recomienda precaución y llevar ropa y calzado adecuados para evitar resbalones. Ver ubicación aquí.
Poza das Bestas en Soutomaior
Cerca de la confluencia del río Verdugo con el Oitavén, se encuentra la Poza das Bestas, junto al puente colgante de Soutomaior. No es una poza como tal, sino más bien una playa fluvial, pero se trata de un lugar ideal para refrescarse con aparcamiento muy cerca. Además, en el propio municipio nos podemos encontrar muy cerca con otras piscinas naturales, como las de Aranza.
En el caso de elegir el entorno del puente colgante, podremos disfrutar de una pequeña playa fluvial formada en los márgenes más amplios del Verdugo. Es un lugar popular entre los vecinos en verano, quienes acuden para disfrutar del sol y las aguas cristalinas. El acceso a la Poza das Bestas y al puente colgante es sencillo, ubicado en la PO-255 que conecta Ponte Caldelas con Soutomaior. Ver ubicación aquí.
Poza da Moura en Moaña
La Poza da Moura, en los montes de Domaio, esconde una trágica leyenda pero hoy un atractivo natural lleno de historia y mitología. Este lugar, con aguas frías y cristalinas, pequeñas cascadas y rodeado de grandes rocas talladas, es ideal para un día en la naturaleza, ofreciendo la oportunidad de nadar y disfrutar de un picnic en familia. El entorno cuenta con molinos restaurados y una escalinata de madera que lleva a las orillas de la poza, ofreciendo además vistas espectaculares de la ría de Vigo y el puente de Rande. Cerca de allí, el mirador de Chan de Arquiña ofrece vistas impresionantes de las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa en días despejados.
La Poza da Moura se encuentra se encuentra en Domaio, Pontevedra, y el camino para acceder a ella no tiene pérdida. El primer paso es coger la autopista dirección Cangas y seguidamente incorporarse al corredor del Morrazo hasta el desvío a Domaio. Tras coger este desvío, el primer cruce a la derecha dirige a una urbanización que se esconde tras el enorme campo de golf y que es el sitio perfecto para aparcar y seguir el camino andando. Al final de la zona residencial se encuentra el sendero que finalmente lleva a la poza.