Tener a las denominadas Islas de los Dioses frente a uno es un privilegio al que nos hemos acostumbrado y ya no damos, quizá, la importancia que merece, pero lo cierto es que no todos pueden disfrutar del paraíso con un simple vistazo rápido. Aunque en la costa de la Ría de Vigo podemos observarlas desde todos los primas, ángulos y distancias posibles, Monteferro, en Nigrán, ofrece una perspectiva menos conocida y habitual de las islas. Quizá fue este el motivo por el que una familia decidió instalar en una de sus laderas un columpio que causa auténtico furor desde el día en el que lo hicieron, hace ya meses.
El columpio de Monteferro fue instalado por unos vigueses para que su hijo, Pablo, pudiera disfrutar de las increíbles puestas de sol y, así, aprender a amar la naturaleza. De hecho, el nombre del niño sigue inscrito en la madera, aunque sus vistas favoritas son ahora disfrutadas por las cientos de personas que ya se han tomado su particular selfi. ¿Quién se puede resistir a sentarse, aunque sea unos segundos, frente al desafío natural de las Islas Cíes?
Cómo llegar al columpio de Monteferro
Es habitual que en días de sol y tiempo apacible la zona se llene de instagramers, para sentarse y disfrutar del columpio. Nos los encontraremos en el camino que dirige a la antigua batería militar, muy cerca del Faro de Punta Lameda.
Más allá del columpio, Monteferro ofrece por sí mismo un abanico de posibilidades y encantos que merecen que nos perdamos en esta particular península rodeada de acantaliados. Si nos dejamos llevar por sus senderos descubriremos la antigua batería militar, donde todavía podremos ver los cañones y las garitas empleadas para defender la costa. En la cima, una escultura en homenaje a los marineros nos recuerda la bravura de las océano y el duro trabajo de aquellos que salen cada día a faenar en las aguas que alimentan, pero que también se cobran su tributo.
Pero, sin duda, Monteferro es un enclave para disfrutar de las vistas. Nos podremos maravillar con las cercanas Islas Estelas, en la ladera oeste. Son dos islas de mayor tamaño, la Estela de Dentro y la de Fóra, además de pequeños islotes denominados As Serralleiras. En total, 19 hectáreas de terreno que esconden, bajo la superficie, un auténtico paraíso de diversidad submarina habitada por nécoras, pulpos, centollos, sargos, lubinas, calamares... Podemos contemplarlas desde una pequeña Rosa dos Ventos situada junto a los acantilados.
Al noroeste, la perspectiva nos llevará a las Islas Cíes, con un primer plano de la Illa de San Martiño que antecede a A Faro y Monteagudo. Las vistas alcanzan hasta parte de la Costa da Vela, en Cangas, mientras que al sur disfrutamos de la bahía de Baiona.