El mejor mirador de Galicia está en Domaio y permite ver hasta tres rías

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A más de 600 metros de altura, la parroquia de Domaio esconde uno de los miradores panorámicos más impresionantes de las Rías Baixas. Lo es porque, desde él podremos vislumbrar si el día está despejado hasta tres rías gallegas, una de las sierras más interesantes del interior de la provincia y la ciudad más grande de Galicia. A sus pies, un patrimonio cultural de más de 5.000 años de antigüedad. El mirador de Chan de Arquiña, en Moaña, es el mirador “total”.

En realidad, hablamos de dos mirador contiguos, muy próximo el uno al otro, y uno más en fase de instalación. Han sido construidos hace apenas unos meses por la Comunidade de Montes de Domaio. Gracias a su esfuerzo, ahora es posible disfrutar de dos áreas totalmente habilitadas y accesibles. Los miradores en sí están construidos en una tarima de madera en dos de los puntos más altos de la zona y cuentan con barandilla de seguridad, pasarelas y bancos para relajarse después de la subida.

Pero sin duda, lo más destacado de estos miradores es, como no podía ser de otra forma, su increíble vista. Es un cliché y evidentemente donde hay un mirador hay buenas vistas. Pero en este caso son excepcionales y muy poco habituales. Los miradores de Chan da Arquiña nos sitúan con la ría de Vigo a nuestros pies, con la urbe viguesa frente a nosotros, de extremo a extremo. Podemos ver también las Islas Cíes y Ons. Además, hacia el otro extremo nos encontraremos a Soutomaior y la lejana Serra do Candán. Pero estas vistas van más allá. La visión de 360 grados nos ofrece una oportunidad única. Ver tres rías gallegas a la vez. A nuestras espaldas, podremos ver, desde el primer mirador mejor que desde el segundo, una parte de la ría de Pontevedra y si escudriñamos un poco más la vista, llegaremos a vislumbrar la ría de Arousa. Una oportunidad casi única. En breve, estará finalizado el tercer mirador, situado junto a las antenas de televisión del Monte Faro y promete mejorar las vistas gracias a su altura más elevada.

Con esta carta de presentación, estas dos ventanas a las rías gallegas son ya de por sí una motivación más que suficiente para una escapada a O Morrazo. Pero hay más. Se encuentran junto a un increíble “souto” que en el otoño ofrece una perspectiva más que interesante. En este espacio de bosque autóctono llegará la siguiente gran sorpresa: el dolmen de Chan da Arquiña.

Este monumento megalítico rodeado de castaños es una muestra de arte funerario de gran riqueza arqueológica. Fue levantado hace más de 5.000 años por los pobladores de Galicia. La mámoa está semienterrada y compuesta por una cámara de 11 piedras verticales y de un corredor con cinco losas.

Para acceder, hay varias posibilidades, aunque una de ellas está en muy mal estado. Si llegamos a Moaña desde el puente de Rande, lo mejor es tomar la salida por PO-551 hacia Moaña por la costa en la rotonda que da acceso al corredor, y ya casi de forma inmediata, desviarnos hacia la derecha (hay un indicador de Monte Faro y Dolmen). A partir de ahí recorreremos algo más de 4 kilómetros hasta el Lugar de San Lourenzo, donde nos desviaremos de nuevo a la derecha hacia Monte Faro (también indicado).

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