El Convento de Santa Clara, el gran secreto histórico de la Boa Vila, pasó a ser de dominio público desde el pasado 1 de diciembre cuando el Concello de Pontevedra compró el convento y sus jardines. Durante 750 años, en los que la ciudad siguió avanzando y adaptándose a los nuevos tiempos, Santa Clara estuvo cerrado porque en él habitaban monjas de clausura. Ahora, tras muchos años de contemplar sus muros de piedra desde el exterior y preguntarse qué había dentro, pontevedreses y visitantes podrán conocer una de las mayores joyas ocultas de la ciudad.
A mediados del mes de diciembre el convento empezó una nueva etapa en su historia con una jornada de puertas abiertas que tuvo un gran éxito. Para contemplar el interior del cenobio habrá que esperar a que se pongan en marcha las visitas guiadas, sin embargo algunas zonas exteriores de la abadía se pudieron visitar los días 18 y 19 de diciembre entre las 10:00 y las 18:00 horas con entrada totalmente gratuita. Durante dos días el convento recibió a más de 7.000 personas, según los datos de Santa Clara Pontevedra.
Durante las fiestas de Navidad no se pudo visitar el edificio, sin embargo desde las redes sociales del convento aseguran estar trabajando en el programa de visitas y que muy pronto estarán disponibles las fechas y las reservas en la nueva página web de Santa Clara.
750 años de historia
Uno de los grandes encantos y aspectos más atractivos del Convento de Santa Clara es la capacidad que han tenido sus habitantes, dedicadas a la oración, de mantenerlo alejado del bullicio de una de las zonas más céntricas de la ciudad durante 750 años. El monasterio estuvo habitado por las Clarisas (Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara) desde su origen en la Edad Media, siglo XIII, hasta el 2017.
Entre sus muros vivieron abadesas y monjas clarisas provenientes de familias nobiliarias y burguesas muy importantes para la ciudad de Pontevedra, como las de Aldán, da Ponte, Prego o Falcoa. Estas familias hicieron grandes donaciones a lo largo de su historia con las que se ampliaba notablemente el patrimonio de la institución. Con el tiempo la comunidad fue menguando hasta que en 2017 las dos últimas monjas que habitaron el convento, la abadesa Sor Sagrario (78 años) y Sor Purificación (80 años), se trasladaron a Santiago de Compostela.
Arquitectónicamente Santa Clara es un convento de origen medieval gótico con una fuerte influencia del barroco. Una de sus construcciones más características es el ábside poligonal de la iglesia (cabecera que acoge el altar) de estilo gótico con largos ventanales. De la misma época son el arco que preside la fachada de la iglesia y el arco de la entrada al monasterio.
El edificio también cuenta con numerosos retablos de estilo barroco en los que se puede ver un relicario de San Vicente Mártir o el de la Virxe dos Desamparados. La escultura de Santa Clara en el exterior de la iglesia, la fuente del huerto, la sillería del coro y el órgano también pertenecen al arte barroco. Además, el monasterio cuenta con una iglesia, amplios jardines, una huerta, un cementerio, una capilla del bosque y lavaderos, que se podrán descubrir dentro de muy poco tiempo cuando se abra al público definitivamente.
El futuro del Convento de Santa Clara
Desde el Museo de Pontevedra se van a poner en marcha trabajos arqueológicos, histórico-artísticos y de parámetros de construcción con la finalidad de conocer los "misterios" del Convento de Santa Clara. Además, también se estudiarán las especies vegetales de la finca y el huerto. Los primeros aspectos que se van a investigar será la localización de los enterramientos y los jardines del claustro que datan del siglo XV y XX. Otros de los elementos que se van a tener en cuenta de cara a la rehabilitación será descubrir qué pasó con el claustro original.
Según el vicepresidente de la Diputación de Pontevedra y responsable del Museo, César Mosquera, se prevé que el pliego de contratación para los estudios esté listo en el mes de enero y que los trabajo den comienzo dos meses y medios después tras la licitación del proyecto. Además, Mosquera adelanta que las pesquisas en el Convento de Santa Clara se pueden alargar hasta tres años.
Por su parte, el director del Museo de Pontevedra, Xosé Manuel Rey, explica "Santa Clara é unha cápsula no tempo que durante 750 anos estivo totalmente illada e entramos hoxe cunha perspectiva totalmente diferente".