Costa da Vela, declarado Lugar de Interés Comunitario, es uno de los lugares más salvajes y bellos de las costa de las Rías Baixas. Bautizada como un "triángulo mágico", nos permite recorrer buena parte de la costa más occidental de Cangas. En nuestro recorrido, rodeados de naturaleza, podemos recorrer ocho kilómetros en los que tendremos como paradas principales tres icónicos faros que facilitan la entrada de embarcaciones y marineros a las rías de Vigo, Aldán y Pontevedra. El punto de partida de este camino circular recorre parte del litoral iniciándose en la famosa e icónica Caracola de Donón, en la que también merece la pena una parada para contemplar el horizonte o las Illas Atlánticas de Cíes y Ons. Allí podremos descubrir parte del pasado de los pobladores que eligieron esta zona y visitar el Castro do Monte Facho. Es además un punto de excepción para disfrutar de uno de los atardeceres más bonitos de Galicia.
El sendero que da comienzo en este punto bordea el litoral, permitiendo unas fantásticas vistas del mar en todo su recorrido. Es por ello que es un camino que no defrauda nunca. En verano permite unas panorámicas despejadas de la costa -aunque hay que tener cuidado en los días de calor por la falta de sombra- y en los meses de invierno permite al Atlántico lucirse con sus mareas y sus olas rompiendo contra la costa de Cabo Home. Por su bajo nivel de dificultad es ideal para hacerlo en familia.
Faro de Cabo Home
Tras un breve recorrido caminando, nuestra primera parada es el Faro de Cabo Home, situado al borde del acantilado, desde él tendremos unas vistas únicas, en las que parecen poder tocarse las Islas Cíes. El faro destaca en medio de una zona de imponentes acantilados rocosos, donde se decidió construir hace más de 60 años, en 1853, alcanzando los 18 metros de altura y con 12 kilómetros de alcance de luz.
A su forma cilíndrica y su brillante color blanco se suma otro signo distintivo. Una sirena conocida popularmente como "Vaca de Fisterra", instalada en 1988 para avisar del peligro a los marineros que se aproximan a la costa en los días de más niebla. Además, la zona es escenario de múltiples leyendas que explica la formación rocosa de la zona.
La historia más famosa narra inexplicables naufragios, en los que los marineros supervivientes hablaban de gigantes monstruos de dientes afilados. En un día de fuerte tormenta, el monstruo salió del mar, amenazando con acabar con la población de Hío, pero un valiente guerrero llamado Oridón puso fin a la bestia, que se hundió en el mar dejando sus púas fuera. Hoy esas púas petrificadas se han convertido en las piedras que dan forma a los acantilados.
Faro de Punta Robaleira
El segundo faro al que da acceso este sendero es también uno de los más visitados y fotografiados, se trata del Faro de Punta Robaleira, una pequeña construcción de apenas seis metros de altura que destaca en el paisaje por su potente color rojo. El faro data de inicios del pasado siglo, concretamente del año 1918, y junto a él se aprecia una cruz en memoria de Pepe Ruíz, un marinero que hace años falleció, arrastrado por la corriente hacia las rocas del litoral.
Continuando el camino, el sendero nos lleva a bordear la playa de Melide, un conocido arenal muy valorado en la zona por su arena fina y dorada y sus aguas cristalinas, además de sus increíbles vistas desde donde nos parecerá poder tocas las Cíes. Se extiende en más de 250 metros y su acceso únicamente peatonal, aunque con un aparcamiento cercano, ha ayudado a preservar su estado salvaje hasta la actualidad.
Faro de Punta Subrido
Ahora sí, el último faro de esta ruta es que recibe el nombre de Punta Subrido, encargado de regular la entrada de embarcaciones a la Ría de Vigo en dirección sur. Se trata de una construcción cilíndrica de dos pisos, pintada de color blanco y azul y que roza los 13 metros. A diferencia de los anteriores, localizados en zonas despejadas de vegetación, este se encuentra situado a la salida de un pequeño bosque de pinos.
Al regreso del faro se puede optar seguir por el Sendero de Cabo Home para completar el recorrido circular o bien tomar un desvío por la Senda Costeira, que dirige a la playa de Barra, una de las playas nudistas más valoradas no solo de la provincia, sino de toda Galicia, y también una de las más bonitas del municipio.
Para complementar la ruta
Aunque así termina la ruta de los faros de Cabo Home, toda la zona guarda todavía algunos pequeños tesoros que merece la pena descubrir. El primero de ellos es el Monte Facho, en Donón, que alberga los restos de un poblado castrexo. Todavía pueden apreciarse restos de viviendas, de las murallas y de altares en los que se realizaban ofrendas a los dioses. El nombre del monte hace honor a una pequeña torre datada del siglo XVII que probablemente se construyó para vigilar la entrada de la Ría y alertar de posibles ataques.
El segundo lugar que merece ser visitado es Hío y su cruceiro del siglo XIX, tallado por José Cerviño en casi un único bloque de granito. En él su autor representa los momentos más importantes de la historia de la humanidad desde la visión cristiana y constituye una pieza de gran importancia del patrimonio etnográfico gallego.