Una villa-museo donde cada fachada es una obra de arte. Así se podría resumir muy brevemente la localidad portuguesa de Ovar, la cual contiene más de 800 fachadas decoradas con el tradicional azulejo luso. Ya sean sus decoraciones con sus reconocidos tonos azules o patrones geométricos o florales, los detalles que guardan estas fachadas azulejadas bien merecen pasar horas admirando su belleza.
Pero este no es el único motivo por el que debes viajar más allá del sur de Oporto hasta llegar a este municipio del distrito de Aveiro. Sus playas paradisíacas, sus parques, paseos o gastronomía, son algunas de las razones que también hacen de este municipio portugués un lugar ideal para pasar unos días.
Una escapada familiar, en pareja, en grupo o solo, cualquiera es una buena excusa para coger el coche y, en poco más de dos horas desde Vigo, llegar hasta esta localidad repleta de museos, historia, ocio y naturaleza. En Metropolitano.gal os proponemos un plan de actividades de tres días para descubrir a fondo Ovar.
Día uno
Comenzaremos descubriendo la esencia cultural de la localidad: sus azulejos. Para ello la Cámara Municipal nos propone una ruta por las calles del centro de Ovar donde podremos descubrir buena parte de las 800 fachadas que contienen estos elementos decorativos. Un recorrido circular que comienza en el edificio de la Cámara Municipal, pasando por la Biblioteca Municipal, el Parque Urbano, y el Museo de Júlio Dinis, escritor clásico de la literatura portuguesa nacido en Ovar. Este recorrido, de menos de tres kilómetros, podría llevarnos, andado tranquilamente, una hora o tres, todo depende de cuánto tiempo nos paremos a maravillarnos en cada inmueble. Cabe destacar que el mes de mayo es dedicado íntegramente a este patrimonio y la Cámara Municipal ofrece visitas guiadas, debates, conciertos y actividades para toda la familia en torno a este elemento.
Después del paseo es momento de comer en uno de los numerosos restaurantes que se encuentran en el centro y disfrutar de la gastronomía, donde no puede faltar un clásico de la región de Aveiro y el resto de país: el Paõ de Ló. Este bizcocho de huevo, esponjoso, color anaranjado y con un aroma muy característico, es un indispensable de la visita a Ovar. Es como las natas de Belem en Lisboa, no te puedes ir de allí sin probarlas.
Para bajar el manjar que nos brindemos, nos desplazaremos hasta la Igreja Matriz de Válega, un espectáculo visual por su fachada y su interior repletos de azulejos policromados decorados con motivos bíblicos que merecen la pena ser admirados.
A continuación, te proponemos visitar el Museu Etnográfico de Válega, con entrada gratuita, donde podrás aprender sobre la vida doméstica, agrícola e industrial de la región. Terminaremos la tarde paseando por una de las paradisíacas playas con las que cuenta el municipio de Ovar. Ya sea la Praia de Esmoriz, Cortegaça, Maceda, Furadouro o Torrão do Lameiro, todas cuentan con arena blanca fina y largos paseos para disfrutar del océano Atlántico.
Día dos
El segundo día toca disfrutar de las actividades acuáticas que oferta Ovar, pudiendo elegir entre surf, stand up paddle, vela o canoas. Estos deportes son muy practicados en la localidad, por lo que contaremos con múltiples empresas que nos oferten estas actividades.
Seguiremos por la tarde con una ruta de parques naturales y un museo. Empezaremos por el Parque Ambiental do Buçaquinho, que cuenta con 24 hectáreas de bosque protegido de gran valor ambiental y con una biodiversidad rica en flora y fauna. Entre su oferta natural, cuenta con seis lagos y una torre donde podremos observar todas las especies de ave que habitan el parque.
Si lo que nos gusta del aire son los pájaros metálicos, podremos admirar el Museo do Ar y su colección numerosa de aeronaves y piezas de aviación que ocupan un total de 1900 metros cuadrados.
Finalizaremos este segundo día con un paseo tranquilo por el parque del centro urbano de Ovar, “un espacio emblemático y romántico, compuesto por zonas libres y discretos caminos que se unen con elementos arquitectónicos en ruinas”, explican desde la Cámara Municipal.
Día tres
Para el tercer y último día de esta propuesta, empezaremos la mañana con un poco de actividad física al aire libre, ya sea andando o en bicicleta, el municipio de Ovar cuenta con cerca de 60 kilómetros de vías para poder disfrutar de la naturaleza. Si tu opción es realizarlo en bicicleta, tienes a tu disposición tres puestos de turismo donde poder alquilarlas gratuitamente: Posto de Turismo do Furadouro, Parque Ambiental do Buçaquinho y Posto de Turismo de Ovar.
Después de reponer fuerzas con una dosis de gastronomía portuguesa, podremos tomarnos la tarde con más tranquilidad, visitando el Museu de Ovar, el cual cuenta con una exposición de arte y etnografía local. El precio de la entrada es de dos euros por persona y un euro si se va en grupo.
Seguiremos descubriendo Ovar y su patrimonio religioso y artístico visitando la Igreja Matriz de Cortegaça, considerada un conjunto de interés público desde 2013. Cuenta con una gran fachada íntegramente revestida de azulejos en el que se pueden ver motivos religiosos en unos clásicos tonos azules, muy característicos de este arte luso.
¿Y qué mejor manera de terminar la visita a Ovar que con un paseo por un lago de costa? La última actividad que te planteamos hacer es dar un espectacular paseo por Barrinha de Esmoriz. Situada entre Ovar y el municipio de Espinho, este lago no solo invita a pasear en sus pasarelas de madera por sus vistosos paisajes, sino que, además cuenta con el reconocimiento de la Rede Natura 2000 por poseer una diversidad avícola que cuenta con más de 160 especies de aves.