Imagina ver buena parte de las Rías Baixas desde un solo punto. Recorrer con la mirada la bahía de Baiona, el arenal de Praia América, la isla de Toralla y continuar con por las playas de Cangas y Cabo Home. Incluso agudizar la vista y alcanzar a ver A Lanzada y San Vicente do Mar. No tiene que quedarse en la imaginación, ya que el mirador de O Cortelliño lo hace posible. Este "palco" sobre la costa Atlántica, ubicado en Belesar (Baiona), se eleva más 500 metros en plena Serra da Groba y permite unas vistas inigualables del litoral gallego, especialmente de la zona de O Val Miñor.
O Cortelliño recibe su nombre por una pequeña casita construida en la propia explanada del mirador, hoy abandonada, y constituye un punto de observación único de las Rías Baixas. Desde él se puede observar sin problema la Ría de Vigo, pero también alcanzar la de Pontevedra e incluso la de Arousa.
En primer plano encontramos la villa de Baiona, su fortaleza y el puerto deportivo. También punta Ladeira y Monte Lourido y siguiendo la línea de costa recorreremos Playa América y Panxón hasta Monte Ferro. A partir de aquí las cosas se hacen pequeñitas y dependerá de la meteorología del día y la visión de cada uno, pero la panorámica se extiende kilómetros y kilómetros.
Hacia el océano, desde O Cortelliño se aprecian sin problema las Islas Atlánticas con Cíes en primer plano y algo más atrás, Ons y Sálvora. También permite ver desde la altura las islas Estelas, incluidas en Red Natura y encargadas de proteger la ensenada de Baiona de la fuerza del mar. En definitiva, O Cortelliño ofrece una vista única del litoral gallego y de O Val Miñor a menos de una hora de Vigo. El plan sirve de excusa por supuesto para disfrutar de una buena mariscada en Baiona o para conocer la Virxe da Roca, construida hace más de 100 años y que no supone excesivo desvío de la ruta al mirador.
Cómo llegar a O Cortelliño
Este mirador fue reacondicionado a finales del año 2015, cuando se instaló una pasarela de madera y un par de bancos en la explanada de más de 56 metros cuadrados. El espacio cuenta también con una amplia zona de aparcamiento, por lo que llegar en vehículo privado no supone ningún problema. Para ello, desde Baiona debe tomarse la carretera que sube a la Virxe da Roca y tras ello desviarse por la EP-2202.
Por esta carretera se asciende durante unos 10 kilómetros hasta llegar al mirador. En el trayecto, además de unas curvas muy apreciadas por los amantes del motor, te encontrarás caballos salvajes y alguna que otra vaca que pastan en las inmediaciones, por lo que es recomendable extremar precauciones.
Para completar el plan, recomendamos parar a comer o merendar en la zona recreativa de Chan da Lagoa, a escasos cinco minutos del mirador. El espacio cuenta con mesas y asadores, además de bastantes árboles para dar sombra. De la zona parten varias rutas de senderismo que se adentran en los montes y conducen a vistas también espectaculares y diferentes de la costa. La zona recibe su nombre por la presencia de una laguna, como cabe esperar, donde es fácil encontrar muchas de las vacas, caballos y potros mencionados anteriormente, así como ranas y renacuajos.