El paseo fluvial de Catoira: pasarelas entre molinos y ruinas históricas

Cuatro de los grandes atractivos de Catoira // Fotos: CONCELLO DE CATOIRA / TURISMO RÍAS BAIXAS

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La historia de Catoira saltó al escenario nacional e internacional con la celebración anual de su Fiesta Vikinga. Sin embargo, la localidad tiene otras muchas cosas de las que disfrutar el resto del año. Uno de los grandes atractivos del municipio es el Paseo Fluvial del Río Ulla, una senda que recorre el último tramo de este río hasta su desembocadura en la ría de Arousa, pasando por las marismas, por algunos curiosos molinos de diferente naturaleza y por las Torres del Oeste hasta adentrarse en la localidad colindante de Valga.

La ruta comienza en el área recreativa de Fonte Gaiteira, un espacio natural en pleno corazón del municipio que por su belleza y servicios se ha convertido en el más conocido de Catoira. El parque está conectado con el propio paseo fluvial del Río Ulla a través de una sección del paseo del Río Catoira.

Siguiendo la ruta se llega al inicio del paseo fluvial, que se desarrolla a través de largas pasarelas de madera (en algunas secciones caminos de piedra) que siguen el curso del río en total sintonía y respeto por la naturaleza. La altura de estas pasarelas permite que con la subida de la marea las marismas se inunden, pudiendo conocerlas y visitarlas en cualquier momento y disfrutar de los cambios que se producen en los paisajes.

Paseo fluvial del río Ulla, Catoira // Concello de Catoira

La primera parada o punto de interés es el que abre el propio sendero y se trata del molino de Machón o del Cura, uno de los pocos molinos que se construyeron para aprovechar la fuerza de las mareas a través de sus movimientos de subida y bajada. Con la pleamar las compuertas se abrían y permitían el acceso del agua, que era retenida. En el momento de bajamar, las compuertas se abrían de nuevo para que el agua saliese activando con ello los mecanismos del molino.

Aunque su estado actual no es el mejor, permite reconocer la estructura de la construcción, dividida en tres plantas y protagonizada por un gran arco del que poco se sabe todavía. Desde el propio Concello de Catoira aseguran que, tras haber sido expropiado, se están planteando planes para su recuperación.

La ruta continúa siguiendo el curso del río por una de sus orillas, atravesando la playa fluvial de Catoira hasta un punto donde la pasarela se bifurca para acceder a un mirador. Se trata de una curiosa caseta que se adentra en medio de la vegetación autóctona de la ribera, junqueras y brañas, que sin duda suman a unas instantáneas curiosas. Desde este punto se pueden apreciar, al fondo, los restos de la fortaleza Castellum Honesti, ahora bautizadas como Torres del Oeste.

Las Torres del Oeste

O paseo fluvial atravesa as Torres de Oeste // Turismo Rías Baixas

A pocos metros se ubican las conocidas Torres del Oeste -o Torres Vikingas-. Estas torres, de las que hoy se conservan dos en pie, fueron construidas en diferentes siglos debido al enclave estratégico sobre el que se situaban. Las primeras fueron ordenadas en el siglo IX por Alfonso III y se continuaron fortificando y acorazando hasta el siglo XI.

El último diseño de la fortaleza se terminó ya entrado el siglo XII, dejando un espacio elíptico rodeado por siete torres entre las que destacaba una central de mayor tamaño de la que hoy solo quedan ruinas, conformando el Castellum Honesti. Las dos torres que mejor se conservan en la actualidad datan del siglo IX.

Durante siglos, la fortaleza protegió de invasiones de los ejércitos normandos y de los asaltos piratas, hasta entrar en decadencia a finales del siglo XV. Además del carácter defensivo que las definió históricamente, la construcción contaba con una capilla dedicada al apóstol Santiago que atrajo a miles de peregrinos que realizaban el Camino de Santiago y que permitió, dentro de lo que cabe, su conservación hasta la actualidad.

La ruta puede continuarse un par de kilómetros más a través del paseo peatonal de As Talleiras, que se sumerge entre la vegetación de Catoira y bordea el Ulla en su recorrido ascendente. El sendero cuenta con paneles explicativos sobre flora y fauna, entre las que se encuentran fresnos, robles o helechos, y especies como nutrias, comadrejas, erizos, cormoranes o lechuzas que aprovechan y enriquecen el potencial natural de la zona.

Para quienes tengan ganas de más...

Lagoa de Pedras Miúdas, Catoira // Concello de Catoira

Además de las Torres o el paseo fluvial, este municipio tiene mucho más que ofrecer. En caso de visitarlo, hay ciertos lugares que no deben pasarse por alto, empezando por sus molinos. Además del mencionado molino de mareas, la localidad cuenta con otras tipologías igualmente destacables. Catoira presume de ser la única localidad que aglutina los tres tipos de molinos tradicionales. 

En primer lugar, los molinos de viento, reacondicionados y puestos en valor con rutas de senderismo que los visitan, emplazados en lugares de increíble valor paisajístico, pero también molinos de agua, situados en las riberas del río Catoira, concretamente con un total de 45, además del molino de mareas. La ruta del río Catoira dirige a 11 de ellos, recuperados y restaurados desde hace un par de años, para conocer el proceso de molienda del cereal que históricamente se realizaba en Catoira.

Otro de los grandes reclamos de la localidad es la Lagoa de Pedras Miúdas, que se puede apreciar ya desde el mirador de Molinos de Viento. Se trata de una laguna generada en una antigua cantera, que actualmente supone un Espacio Natural de Interés Local, con unas aguas de excelente calidad y un paisaje que muestra la capacidad de regeneración de la naturaleza.

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