Esto es lo que "no puede faltar" en una escapada por O Rosal este finde

Fotos: Turismo Rías Baixas

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Llega el fin de semana y quienes no pueden pasar un día en calma siempre buscan un plan distinto para exprimir al máximo estos días. Aunque muchas veces hay tantas propuestas de ocio que resulta difícil decidir qué hacer. Por eso, desde Turismo Rías Baixas realizan recomendaciones muy específicas para redescubrir el territorio.

Si lo que te apetece es pasar un día entero fuera de casa, y conocer más de las maravillas que esconde el territorio, la recomendación para este fin de semana es O Rosal. En el sur de la provincia de Pontevedra, a poca distancia de Portugal y menos de una hora desde Vigo, es un lugar que muchas personas todavía no conocen suficientemente. Además de su vino y su buena gastronomía, esta zona alberga espectaculares paisajes y una naturaleza abrumadora.

Pozas de Lourenza

En el camino de Oia a O Rosal hay un refugio del calor en forma de piscinas naturales. Unas pozas que son bien conocidas por muchos, pero que merecen una parada antes de seguir hacia el sur. Así lo señala Turismo Rías Baixas, y podría ser el principio del viaje. Un chapuzón en el río Tamuxe, con muy fácil acceso por la señalización en la misma carretera EP-2202.



Muíños do Folón e do Picón

Tras refrescarse en el río, un plan interesante puede ser una ruta entre la historia y la naturaleza. Los Muíños do Picón e do Folón aparecen entre la vegetación, y sirven como un magnífico mirador sobre O Rosal. No es de extrañar que hayan sido declarados Bienes de Interés Cultural, su historia representa la vida tradicional de la zona, y el cuidado entorno muestra el microclima que existe en la zona.



Sendeiro de Pescadores Río Miño-Tamuxe

Playa de As Eiras, a orillas del Miño a su paso por O Rosal.

Después de comer en el centro de O Rosal, la tarde podría continuar con un descanso en las orillas de la playa fluvial de As Eiras. Quizás tras un baño, haya fuerzas para realizar un precioso paseo por el Sendeiro de Pescadores. Un recorrido de cerca de 7,5 kilómetros que resulta sencillo por la ausencia de cuestas y el ambiente fresco que ofrece el río.

A lo largo del trayecto, se podrá contemplar desde bosques de ribera hasta zonas de cultivo o incluso islas en el propio río Miño. También hay restos de un antiguo aserradero a vapor y un curioso final. Una ruta que no supera la hora y media, ideal para pasar la tarde.

Muíño das Aceñas

El último punto de este sendero será este particular molino hidráulico. La pequeña presa de su entorno genera una agradable zona de baño, tal vez un último chapuzón antes de volver a O Rosal para degustar la cena que pondrá el broche de oro a esta escapada.

Esta zona cuenta, además, con un creativo mural que representa algunas de las especies vegetales que se encuentran en los alrededores, casi retando al visitante a reconocer cuáles son.



 

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