Galicia es un auténtico paraíso, de eso no hay duda. Hay muchos gallegos y gallegas que aprovechan siempre que pueden para descubrir todo lo que esconde este territorio. Todas esas personas que cogen la carretera sin dificultad sabrán que hay monasterios históricos, inmensos oasis de naturaleza y agua, miradores de película o preciosos pueblos de ensueño. Precisamente, por eso a veces resulta imposible decidir a qué destino dedicar la próxima escapada.
No demasiada gente lo sabe, pero el mismísimo Ratón Pérez tiene su domicilio en Galicia. Aunque ahora su residencia es pública y cualquiera puede saber dónde vive, su llegada al territorio estuvo cargada de misterio. Todo empezó con una curiosa escapada del señor Pérez, quien decidió instalarse temporalmente en un pequeño tronco. Su aparición llamó la atención de toda la prensa gallega, radios y la propia televisión autonómica: "¿Quién está detrás del pequeño muñeco del Ratón Pérez que enamora a todo el que se lo encuentra?".
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Durante un tiempo, este fue uno de los grandes misterios. Pero no dejaba de sufrir el maltrato de la gente; lo robaban, lo quemaban y dejaban que los perros orinaran encima, aunque muchas otras personas dejaban notas y dinero en su tocón. Esta situación obligó a su autora a salir del anonimato, Begoña decidió trasladar la residencia Pérez a su finca.
¿De dónde surgió esta idea?
Esta vecina de Vilalba que residía en Santiago de Compostela se topó en las habituales visitas a sus padres con ese curioso árbol que le hacía imaginar una pequeña casita. Así, se le ocurrió tejer con lana cardada una miniatura del famoso roedor. Poco después, al ver la atención que generaba, decidió abrir un perfil en redes sociales a su personaje. Y así, ahora cualquiera puede saber de sus aventuras y viajes por el mundo.
Sin embargo, Pérez siempre acaba volviendo a su casita en Vilalba, que no ha dejado de crecer. Begoña permite el acceso a su finca a todo el mundo de una forma altruista, por lo que muchas personas aprovechan las escapadas de fin de semana para descubrir este curioso proyecto. Con el tiempo, Begoña tejió más compañeros para su ratoncito, que ahora comparte su vida con Ratatouille y Gerónimo Stilton.
No solo eso, esta aventura ha alcanzado tal magnitud que esta casita ha recibido ya más de 2.000 cartas, a las que responde de puño y letra, con un tronchante sello que deja las huellas del roedor impresas en el folio. Begoña vive esta como una de sus grandes ilusiones, y eso se nota en el mimo con el que cuida a cada visitante. Todas las personas que han pasado por allí se han llevado algún recuerdo del anfitrión: una piedra con la cara de Pérez, un pequeño diente y muchísimas fotos.
Así, la casa de Ratiño Pérez es una escapada ideal cargada de magia. Así lo confirman las miles de personas que ya forman parte de esta comunidad. Quien quiera apuntarse este plan, puede resolver todas sus dudas contactando directamente con el famoso personaje: lacasitadeperez@gmail.com