“A praia dos afogados” es una obra literaria que traspasa las páginas. Ya no solo a la gran gran pantalla, donde ahora mismo es la tercera película más vista en España en la plataforma Netflix, sino porque ahora la gente puede disfrutar de las mismas localizaciones que Domingo Villar hizo recorrer al carismático inspector Leo Caldas.
El concello de Nigrán presentaba en la Feria de Turismo Internacional de Madrid la ruta literaria de esta exitosa novela negra, traducida a más de 15 idiomas y su éxito no se está haciendo esperar. Un grupo de alumnos senior de Filosofía de la Universidad de Barcelona disfrutó el pasado sábado de la visita guiada y no serán los únicos. Durante el mes de abril el club de lectura de la Universidad de Kiel (Alemania) o institutos de toda Galicia viajarán a Nigrán para recorrer esta ruta literaria.
El Concello ha anunciado que esta actividad estará abierta al público el Día del Libro, 23 de abril, en el aniversario del fallecimiento del escritor Domingo Villar, 18 de mayo, y durante todo el verano.
"Tivemos a sorte de que Nigrán sexa o escenario principal desta obra que vive actualmente un rexurdir; Domingo Villar continúa sendo o noso mellor embaixador e a proba e o interese que desperta este roteiro", reconoce el alcalde del municipio, Juan González. “Sabíamos que iba a ter unha excelente acollida porque a súa obra interesa a milleiros de persoas, pero ademais, o roteiro resulta espectacular porque recompila algúns dos lugares máis fermosos de Nigrán e que el tan ben describe na novela”, añade.
Cinco localizaciones claves en la novela
La ruta literaria de “A praia dos afogados” tiene una longitud de 4,5 kilómetros divididos en cinco paradas claves en la novela negra de Villar y una duración estimada de dos horas y media con un grado de dificultad media.
Siguiendo el propio discurrir de la novela, arranca en la Praia de la Madorra, donde aparece el cadáver maniatado de un marinero que abre la investigación. Continúa en el puerto de Panxón, donde se encuentra la lonja o la taberna ‘El Refugio del Pescador’, además de las nasas o embarcaciones tradicionales muy mencionadas en el libro.
La tercera parada es el Templo Votivo del Mar del arquitecto Antonio Palacios, lugar donde el inspector Leo Caldas se entrevista con el párroco y cuyo interior contiene mosaicos de escenas de naufragios. Seguidamente, el caminante debe dirigirse hacia la península de Monteferro para visitar Punta Lameda, zona donde aparece hundido el barco de ‘O Rubio’ y, finalmente, concluye en el Monumento a la Marina Universal, entorno cuyas vistas sorprenden a Rafael Estévez, ayudante de Caldas.
Estas cinco paradas figuran geolocalizadas, con su respectiva frase de la novela vinculada la esa zona en concreto y, la mayores, con una breve información turística al respecto. Diseñado como un folleto manejable, con forma de libro que se puede guardar en el bolsillo, y con gran protagonismo de las imágenes, incluye un pequeño mapa y otros puntos de interés para aquellas personas que deseen ampliar la ruta, como podrían ser el cementerio de Panxón, el Arco Visigótico, Monte Lourido, el Mirador de Monteferro, entre otros. Todos ellos puntos de interés mencionados de alguna manera en el libro.