Ponte da Misarela, el puente portugués "del diablo" recorrido por el ejército de Napoleón

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Un puente medieval hecho por el diablo, afianzado por un sacerdote, recorrido por las tropas de Napoleón y que tiene su fiesta propia. Así es la historia de Ponte da Misarela ubicada en el municipio Montalegre de Portugal a menos de dos horas y media de Vigo.

Localizada a 15 metros de altura sobre el río Rabagão entre las freguesías de Ferral y Ruivães, Ponte da Misarela tiene su origen en una leyenda basada en el “temor del pueblo al diablo”, aseguran desde el municipio de Montalegre. Cuenta la historia que, en su huida a través de este pueblo, un ladrón se encontró con el río Rabagão como impedimento para poder escapar de las autoridades, por lo que apeló al diablo para que hiciese aparecer un puente a cambio de su alma. Una vez cruzada la estructura de piedra, el guardián del infierno la hizo desaparecer y el criminal pudo ser libre.

Tiempo después, y tras un encuentro cara a cara con la muerte, el hombre se arrepintió de sus actos y pidió socorro a un sacerdote para poder recuperar su alma del diablo. El clérigo se apiadó y lo ayudó en esta encomienda, volviendo al mismo lugar donde el ladrón había vendido su alma. El hombre volvió a llamar al diablo y, cuando el arrepentido estaba en medio del puente, el sacerdote bendijo la estructura de piedra, haciendo que esta quedase por siempre fijada sobre el río Rabagão.

También conocido como “Ponte do diablo” o “Ponte do Salvador”, se cree que este puente fue utilizado en 1809 por el ejército napoleónico del General Soult para huir de la persecución de las tropas anglo-lusas de Wellesley y abandonar el territorio portugués, pero por el camino fallecieron numerosos soldados. Según detallan desde el municipio de Vieira do Minho, existen cánticos populares que guardan este hito: “Chorai meninas de França (Llorar niñas de Francia) / Chorai por vossos maridos (Llorar por vuestros maridos) / Na ponte da Misarela (En el puente da la Misarela) / eram mais mortos que vivos! (eran más muertos que vivos)”.

Entroido y festejos propios

Además de las historias, Ponte da Misarela está rodeada de un marco natural incomparable, a las puertas del Parque Nacional Peneda – Gerês, y con una tradición cultural que lleva a los vecinos de la zona a disfrazarse tenebrosamente durante su Entroido y a festejar a comienzos de julio una fiesta en honor a la leyenda de este puente.

Vecinos de Montalegre durante su Entroido en Ponte da Misarela // CM Montalegre

A través de una “experiencia teatral sensorial”, como lo describen desde el municipio de Montalegre, los vecinos celebran a comienzos de julio una noche en la que se reinterpreta la leyenda que cuenta el origen de la estructura y realizan una tradicional queimada al terminar los festejos. Para la ocasión realizan un juego de luces que tiñe Ponte da Misarela de un rojo infernal y ponen en valor el "equilibrio con la naturaleza y la sociedad para que lugares como este se mantengan en la historia".

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