Porreiras, el pueblo de Portugal donde el tiempo se detiene entre molinos y encanto rural

La "Eira Comunitaria", el icono de Porreiras, en Paredes de Coura.

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Porreiras es un pueblecito de Paredes de Coura, municipio de Portugal, conocido como “o celeiro do Alto Minho” (el granero del Alto Miño) debido a la importancia que el cultivo del cereal tuvo en la zona en un pasado no demasiado lejano. Durante mucho tiempo, el cereal dominante en la agricultura local fue el maíz, todavía presente en múltiples muestras de la gastronomía local. Tal fue la importancia de esta actividad que en todo el municipio se mencionan cerca de 600 molinos.

Pero no todo el patrimonio courense vinculado al maíz pasa por los tradicionales molinos hidráulicos. En la parroquia de Porreiras destaca ante todo su Eira Comunitária. Allí, el típico suelo empedrado convive con un interesante conjunto de hórreos y alpendres empleados para el almacenamiento del cereal, oro en grano que supuso la principal fuente de subsistencia de los habitantes del lugar. Un espacio público que, además de ser espacio de trabajo para la comunidad, fue lugar de convivencia e incluso de celebración.

Una visita a esta pequeña localidad, situada a tiro de piedra de Vigo (a unos 50 minutos en coche), bien merece alargar la estancia para recorrer a fondo cada pequeño rincón. Más allá de visitar la Eira y disfrutar de las vistas, dar un paseo por sus tranquilas callejuelas puede ser un buen plan complementario. En ellas descubriremos un buen número de casas tradicionales, molinos y un sinfín de lugares desbordantes de encanto rural.

Porreiras está lleno de pequeños rincones con encanto rural

Porreiras y el pago “Por Eiras”

Si rebuscamos entre la historia, encontraremos interesantes hipótesis sobre el singular nombre de esta localidad del país vecino. Una explicación plausible al origen del topónimo Porreiras es la corrupción de “Boas Eiras”, teniendo en cuenta de que, existiendo tanta cantidad de hórreos, el pago de impuestos que al Convento de Ganfei se hacía “por Eiras”.

Otro dato curioso, que entronca con la tradición rural que aún a día de hoy se respira en este lugar, lo encontramos en el antiguo nombre de la localidad. Antes de ser denominado Porreiras, este núcleo poblacional era conocido como San Miguel (São Miguel) de Rabel, siendo el rabel un antiguo instrumento musical, de tres cuerdas, empleado por los pastores.

La atmósfera tradicional de Porreiras se respira más allá de sus calles, pues también está presente en el interior de cada casa y sus costumbres. Uno de los aspectos más reseñables es la gastronomía típica, con manjares como los enchidos de porco, el bolo do tacho y los filhoses da pedra. Pero, además de estos platos típicos, la artesanía local también tiene como producto estrella una manufactura textil: las medias de lana (meias de lã).

Varios hórreos y alpendres sobre la roca desnuda o enlosados de piedra componen el valioso conjunto etnográfico

En plena ladera de la Serra da Boalhosa

Una vez lleguemos a Porreiras por la carretera M1066, encontraremos, a pie de camino, un espacio para aparcar los vehículos. Enseguida veremos carteles indicativos de la Eira Comunitária, así que lo ideal es aparcar allí y recorrer las calles del pueblo para ir subiendo hacia nuestro destino. Más que aconsejable es mantener la atención a los pequeños detalles que salgan a nuestro paso: cruces de piedra, petos de ánimas, hórreos, fuentes y lavaderos, caminos emparrados… Pequeñas joyas etnográficas que nos harán viajar hacia el pasado.

En la zona más alta del pueblo, “colgada” en plena ladera de la Serra da Boalhosa, encontraremos la “Eira Comunitária”, un conjunto excepcional formado por nueve hórreos, cuatro alpendres, y muros de cierre a junta seca, construidos aprovechando afloramientos rocosos o bien con pavimento hecho en piedra. Todo el complejo se sitúa en un lugar estratégico: una ladera orientada hacia el sur y expuesta a los suaves vientos que facilitaban la correcta ventilación de las construcciones y el adecuado secado del cereal.

Esta Eira Comunitária fue un lugar de trabajo, esfuerzo y sacrificio compartido entre la gente de la aldea, especialmente durante la temporada de la cosecha. Así pues, este lugar de faena fue también un espacio fundamental de socialización y, en determinados momentos, de una convivencia de la que surgieron festejos y variadas manifestaciones culturales.

Varios molinos restaurados nos recuerdan que estamos en el "granero del Alto Minho"

Puede que echemos en falta algún elemento más para completar este rico repertorio de patrimonio relacionado con la cultura agrícola del maíz, como son las zonas de cultivo y los molinos en los que transformar el grano en harina. En Porreiras descubriremos hermosas muestras de ambos sin salir del núcleo rural.

Concretamente, existen hasta cuatro molinos hidráulicos restaurados y con interesantes detalles en sus construcciones: son os moinhos do Luis, do Cebolo, de Brieiro y de Sapeco. En las piedras que conforman sus paredes exteriores podremos obtener interesantes informaciones, desde fechas que nos trasladan al siglo XVIII hasta cruces grabadas que nos hablan de la voluntad de proteger las actividades que se desarrollaban en el interior de estos espacios. Dentro de cada uno de ellos, gracias a los trabajos de mantenimiento y restauración, veremos las piezas y mecanismos de molienda.

Las fechas grabadas en los molinos de Porreiras nos remiten al siglo XVIII
Interior de uno de los molinos restaurados en Porreiras.

Cerca de los molinos se encuentra la capilla de Nuestra Señora del Pilar, un pequeño templo del siglo XVIII desde el que disfrutar de una panorámica general de esta localidad portuguesa. Y, si volvemos a la parte más baja del pueblo y nos acercamos a la zona de As Veigas, paseando por el camino que va hacia el bosque descubriremos algunas plantas de las variedades de maíz que se siembran en la actualidad.

Toda esta geografía de la cultura tradicional agrícola, y algunos otros lugares como miradores, áreas de recreo y diversos enclaves arqueológicos pueden recorrerse en la ruta de senderismo denominada Trilho do Pastor (PR-10). Este recorrido une diversos espacios forestales y aldeas de las parroquias courenses de Porreiras, Formariz y Ferreira.

Aún hoy podemos ver cultivos de maíz en Porreiras.
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