Pozas de Melón, las piscinas naturales donde el tiempo se para entre historia y naturaleza

Foto: Concello de Melón

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La provincia de Ourense alberga una gran cantidad de lugares escondidos que nos invitan a descubrir la belleza del paisaje interior. El Concello de Melón es un ejemplo de ello. Este municipio, que según el INE en 2021 tenía un total de 1.135 habitantes, es conocido por su famoso conjunto de Pozas, donde refrescarse del calor del verano en un entorno de gran belleza natural. Una escapada a este municipio nos permitirá además, profundizar en la historia y etnografía gallega, descubriendo sus interesantes hórreos y los restos de su antiguo monasterio, del que solo podemos ver parte de la estructura pero que nos anima a imaginar cómo se vivía en el pasado.

Para llegar hasta allí tan solo hay que coger el coche y conducir 50 minutos desde Vigo. Valdrá la pena recorrer los kilómetros para bañarse en sus pozas en medio de un espacio rodeado de naturaleza y en aguas cristalinas o pasearse entre los monumentos históricos de este pequeño pueblo del interior ourensano.

Las Pozas de Melón, en la denominada como "Ruta del Agua", son un conjunto de "piscinas naturales" creadas en el transcurso del río Cerves a su paso por el concello de Melón. Estas piscinas naturales destacan por su increíble belleza y por estar esculpidas en la piedra con diferentes tamaños y formas. Se encuentran en un espacio único, rodeado por la naturaleza al que para poder acceder tienes que recorrer el sendero que se encuentra a uno de los lados del río. A medida que vas caminando por ese paseo podrás acceder a los distintos espacios y cruzando por debajo de distintos puentes de diferentes tiempos.

Foto: Concello de Melón

Para poder llegar a las pozas tienes que ir por la carretera N-120. Ahí deberás cruzar con el coche hacia la zona del río, donde te puedes apoyar en Google Maps para llegar a un aparcamiento gratuito.  Desde ahí accederás a la primera poza con un agua azul turquesa, que parece sacada de una película de fantasía. Sin embargo, si no te conformas con ella, porque suele estar bastante concurrida por familias, puedes caminar, aproximadamente 10 minutos, hasta las que se encuentran en lo más alto.

Tendrás que seguir el sendero de tierra y una vez llegado a la cima, te encontrarás con tres pozas de tamaños diferentes que terminan en una cascada que va vertiendo su agua en las demás, siguiendo el transcurso del río. Es un espacio que se encuentra entre rocas, totalmente desgastadas por la erosión del tiempo y del propio río, así que es mejor que vayas con cuidado. El camino puede ser resbaladizo por lo que ten cuidado en cada paso.

Subir hasta la parte más alta vale la pena porque obtendrás unas vistas del paisaje únicas, además que el propio espacio gana en belleza por la particularidad de donde se encuentran las propias piscinas naturales. Un espacio lleno de tranquilidad, pero también de diversión que puedes visitar en familia, solo o con tus amigos.

Esta es una de las pozas más populares de Galicia, que se unen a la larga lista en la que se encuentran, por ejemplo, pozas como las del Río Pedras.

Conjunto de Hórreos de Quins

Foto: Concello de Melón

A unos cuatro minutos en coche desde las pozas está situado uno de los conjuntos de canastros más numerosos de toda Galicia. Está compuesto por dos grupos de 14 y 10 hórreos situados en una colina.

Este conjunto de hórreos tiene algo particular en comparación con otros, y es que está separado por tres cruceiros, conocidos como "Calvario de Quins". En esta zona, hace siglos, el poder de la Iglesia estuvo muy presente entre los habitantes y estos tres cruceiros son una muestra de ello, de la forma en que la Iglesia estaba vigente entre la población y su vida cotidiana. Estos cruceiros tienen como curiosidad, que los que se encuentran en los laterales están ligeramente inclinados, seguramente para imitar los tejados de los propios hórreos.

¿Y por qué tal cantidad de hórreos? Seguramente fuera por la necesidad de almacenaje en lugares secos y con altura que hubo en la parroquia. Alguno de ellos se encuentran algo descuidados a pesar de haber sido rehabilitados en 2007, pero otros aún conservan el encanto natural de sus inicios. La mayoría están construidos en piedra y madera.

Monasterio de Santa María de Melón

Foto: turismo.gal

Situado a dos minutos en coche de la casa consistorial de Melón, se encuentra el Monasterio de Santa María. Fue fundado en 1142 por la Orden del Císter. Muchos de los monjes que llegaron a este monasterio provenían de Francia y ejercieron un gran poder en la zona.

Tras el paso de los siglos fue perdiendo su poder y en el XIX, a causa de la desamortización de Mendizábal, con la que se expropiaron propiedades a la Iglesia, dejó de estar habitado. A día de hoy, el monasterio conserva alguna de sus características estructurales principales, pero debido al paso del tiempo se encuentra parcialmente derruido y con ausencia de muchos de los elementos decorativos.

Aún así conserva ese encanto medieval. La zona para pasear es ideal y puedes recorrer gran parte del monasterio, incluido su iglesia y cementerio en el que albergan algunas esculturas. El acceso es gratuito.

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