Las Rías Baixas presumen de tener unas costas de playas paradisíacas. Sin embargo, Galicia también posee una gran riqueza fluvial que nos regala parajes naturales maravillosos entre saltos de aguas, fervenzas y pozas. Un buen ejemplo de estos enclaves son las Pozas de Mougás, que figuran entre las mejores de España, o las de Portela do Homem o de Arado, en la frontera con Portugal. En A Pobra do Caramiñal, comarca de Barbanza, también se esconden un grupo de piscinas naturales esculpidas por los ríos Pedra, San Xoán y Barbanza antes de su desembocadura en la Ría de Arousa. A poco más de una hora de Vigo, descubrirás una auténtica joya natural rodeada de leyendas que no te dejarán indiferente.
Siguiendo la ruta de las piscinas naturales del Río Pedras podrás bañarte hasta en siete pozas diferentes de agua cristalina en lo que es un paraje único en mitad de la naturaleza más virgen. El camino empieza en el parking situado antes de la Aldea Vella y las primeras pozas no se harán de rogar. No obstante, para descubrir el resto de las pozas hay seguir un sendero en ascenso que te llevará hasta la confluencia del río San Xoán y el Río Barbanza con el Río Pedras.
La última de las piscinas naturales del sendero es la de Ferveza de Misarelas, la recompensa perfecta después de la caminata. Aunque la subida hasta este punto es algo exigente, las inigualables vistas de la Ría de Arousa merecen el esfuerzo. Además, durante el ascenso también te encontrarás con una presa, una antigua fábrica de luz y un puente histórico.
La ruta tiene una dificultad media alta y debido a los desniveles del terreno y a las piedras resbaladizas está catalogada como zona de difícil acceso. Se recomienda utilizar calzado cómodo, estar en buena forma física, no salir de los senderos y bajo ningún motivo hacer fuego. A pesar de las advertencias casi todos los verano hay que lamentar alguna caída indeseada, así que extremar las precauciones nunca está de más.
Como no podía ser de otra manera en Galicia, este lugar está plagado de leyendas. Una de las fábulas más conocidas cuenta que San Amaro, escapando de los mouros, llenó el río de piedras para dificultarles el paso. De ahí su nombre. Otra de las leyenda que envuelve la ruta tiene que ver con una de las piscinas, concretamente la más profunda del curso fluvial llamada Pozo Negro. Se dice que esta poza, que se encuentra al remontar el río Barbanza desde el convento de San Xoán, no tiene fondo y que en ella habitan terribles monstruos y brujos.
También se dice que cuando alguien veía en el río a las lavandeiras se quedaba encantado y debía ayudarlas en el trabajo, pero de una manera concreta. La ropa se debía escurrir en el sentido contrario al que lo hacían ellas. Si se hacía correctamente, la persona recibía algún bien, pero si se hacía de la manera equivocada la persona se encontraría con su propia muerte. Las leyendas que envuelven este paraje gallego son tan interesantes que en el año 2020 el ilustrador Miguel Robledo elaboró un póster para recrear en conjunto todas las leyendas vinculadas al río, con una posterior explicación.