Sendeiro de Pescadores: el paseo sin cuestas para huir del calor en O Rosal

El Molino de As Aceñas, uno de los dos extremos de la ruta lineal "Sendeiro de Pescadores Miño-Tamuxe".

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A orillas de los ríos Miño y Tamuxe a su paso por O Rosal transcurre el PR-G 112 Sendeiro de Pescadores, una cómoda ruta sin pendientes que nos ofrece varias áreas de recreo con sombras y zonas de baño donde refugiarnos del calor de verano. Con unos 7,5 kilómetros de longitud, esta senda señalizada que parte de la playa fluvial de As Eiras y concluye en el molino de As Aceñas, nos brinda multitud de opciones para disfrutar con los cinco sentidos de este singular rincón de la comarca del Baixo Miño.

El Sendeiro de Pescadores do Río Miño-Tamuxe es un agradable paseo de aproximadamente hora y media (ida, puesto que el recorrido es lineal) en el que descubrir el paisaje del estuario y las islas del río Miño, tramos de bosques de ribera, zonas de cultivo y planta ornamental y algunos elementos patrimoniales como el puente del Tamuxe, los restos de un antiguo aserradero a vapor o el molino hidráulico de As Aceñas. 

Aprovechando la señalización y paneles informativos, podemos realizar la ruta completa para ir descubriendo la riqueza natural y patrimonial de toda esta zona o, si preferimos centrarnos en algunos lugares concretos y explorar sus alrededores, existen distintas alternativas a destacar: zonas de recreo, miradores y práctica de deportes acuáticos son algunas de las opciones posibles.

Además de la conocida ruta de los Muíños do Folón e do Picón, el municipio de O Rosal cuenta con este segundo itinerario señalizado y homologado a orillas de los ríos Miño y Tamuxe. En este caso, un camino exento de pendientes que lo hace accesible para muchos tipos de públicos. Estos son sus principales atractivos (y algunas de las alternativas que no te puedes perder si decides “bucear” en el Sendeiro de Pescadores y su entorno):

Playa de As Eiras

La tranquilidad de las orillas del Miño a última hora de la tarde en As Eiras.

La ruta comienza en las inmediaciones de la playa fluvial de As Eiras, a orillas del río Miño. Un lugar donde encontraremos una arboleda compuesta por zonas de pinos y alcornoques, así  como algunas otras especies. Si los frondosos alcornoques llamarán la atención de nuestra vista, nuestro olfato enseguida detectará la presencia de fragantes tilos en flor. Sin duda, un lugar tranquilo y seguro para refrescarnos con un baño y, justo después, regalarnos una relajante siesta a la sombra.

Desde la playa, si en vez de seguir el recorrido del PR-G 112 queremos explorar otras opciones que se nos abren, podemos optar por varios planes alternativos: por un lado, podemos tomar el sendero que comunica las playas de As Eiras y  Goián, en el municipio vecino de Tomiño. Tras caminar aproximadamente media hora (unos 2,5 km) por zonas arboladas en la ribera del Miño, llegaremos al Forte de San Lourenzo y al Espazo Fortaleza, una amplia área de recreo acondicionada en el entorno de esta construcción militar del siglo XVII. 

Otra opción, de corto recorrido pero con algo de pendiente, consiste en acercarnos hasta la iglesia de San Bartolomeu das Eiras (muy cerca de la EP-3303, en el lugar de A Igrexa) y, desde allí, subir el camino del vía crucis hasta la capilla de A Madalena. En el alto donde se encuentra la ermita, cuatro antiquísimos y monumentales alcornoques nos dan la bienvenida a un área de mirador donde podemos disfrutar de unas impresionantes vistas del Miño en su tramo final, hasta su desembocadura, así como de extensas áreas de viñedo. Esta opción de acercarse hasta A Magdalena también es accesible en coche.

El Miño y sus islas

Vacas pastando en las islas que se forman en el tramo final del Miño.

Desde la playa fluvial de As Eiras, siguiendo la señalización de la ruta PR-G 112 caminaremos paralelamente al Miño y su estuario, zona Red Natura y un paraíso para quienes disfrutan contemplando y escuchando la gran variedad de aves que eligen esta zona para vivir, hacer sus nidos o criar a sus polluelos. También descubriremos la gran riqueza piscícola del Miño, así como la tradición pescadora de algunos de sus núcleos poblacionales.

En este tramo del estuario del Miño, donde encontraremos numerosas zonas de junquera y disfrutamos de unas hermosas vistas de la orilla portuguesa, iremos localizando pequeñas islas (Morraceira das Varandas, Morraceira do Grilo, Canosa) de gran valor ecológico. Si miramos con detalle hacia estas ínsulas seguramente podremos observar a las vacas que, desde tierra firme, acuden a diario a pastar. 

En todo este tramo recorreremos áreas donde domina el bosque fluvial (con frondosos fresnos, sauces, alisos y vegetación de ribera) y también algunas zonas de cultivo, donde frutales y plantas ornamentales crecen aprovechando la riqueza del suelo, el abrigo de la brisa atlántica y el efecto termorregulador del río. 

Puente del Tamuxe

Vista del puente del Tamuxe y, entre los árboles, la chimenea de un antiguo aserradero.

Siguiendo nuestro recorrido encontraremos algunas zonas de embarcadero, con posibilidades de alquilar kayak (conocer todo este entorno desde el agua es otra divertida opción), y llegaremos al punto donde el Tamuxe, último afluente del Miño en tierras de Galicia, entrega sus aguas al padre de los ríos gallegos. En este entorno de paisaje inigualable se alza el inconfundible puente pétreo sobre el río Tamuxe, uno de los iconos del municipio rosaleiro.

En la zona del puente del Tamuxe encontremos una agradable área de recreo con unos imponentes eucaliptos centenarios y varios vestigios de un aserradero. Estas instalaciones, entre cuyos vestigios destaca la alta chimenea, tuvieron actividad a principios del siglo XX y funcionaban con una caldera a vapor. 

A partir de aquí, el Sendeiro de Pescadores deja atrás la ribera del Miño y continúa un kilómetro Tamuxe arriba, hasta llegar a la zona de As Aceñas, con su gran molino y un área recreativa con merenderos, zona de baño y sombra.

As Aceñas

El área recreativa de As Aceñas, un rincón lleno de encanto con espacios para el baño.

Cuando llegamos a la hermosa área recreativa de As Aceñas parece que nos adentramos en un cuento: en el río encontramos un molino con una antigua presa, la cual hoy nos permite contar con una agradable zona en la que disfrutar de un baño con el que aliviar el calor. Junto al molino, una pequeña pasarela de madera permite recorrer las dos orillas del río y acceder a un amplio espacio a la sombra de los árboles y con merenderos donde descansar, refrescarnos y disfrutar de la naturaleza.

Hace unos años, justo encima de este mágico entorno se construyó un tramo del vial que comunica con A Guarda, por lo que hoy en día son visibles los pilares que soportan la infraestructura de comunicación. Para amortiguar el impacto visual, cada una de estas grandes columnas ha sido decorado con una pintura mural alusiva a algunas de las especies arbóreas que se pueden encontrar en el entorno: desde saúcos y laureles hasta magnolios… ¿Seremos capaces de distinguirlas todas en nuestro paseo?

En el entorno de As Aceñas existen múltiples sendas que comunican con espacios de cultivo. En algunos de estos lugares encontraremos árboles de mirabel, una fruta que, procedente de Alemania, llegó hace casi un siglo a estas tierras y se adaptó excepcionalmente bien. Se da poco más 15 días al año, siempre en el periodo que va entre mediados de julio y mediados de agosto; de ahí que, además de su consumo en fresco, también se pueda encontrar en otras presentaciones que permitan disfrutarlo durante todo el año. Actualmente, distintos productores locales elaboran productos como conservas en almíbar, confituras, cervezas o pastas, entre otros.

Finalmente, si desde la llanura de As Aceñas preferimos buscar el contraste con una opción “de altura”, podemos salir hacia la carretera EP-3302  y, en dirección a San Miguel de Tabagón, acercarnos en coche hasta el mirador del Niño do Corvo. Allí, además de sentir la brisa fresca acariciándonos la piel, podremos disfrutar de unas impresionantes vistas 360° que abarcan la práctica totalidad de la comarca baixomiñota.

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