En pleno corazón de las Rías Baixas, a menos de una hora de Vigo, un antiguo hórreo gallego llama cada vez más la atención por su aspecto actual. Ha sido rehabilitado de manera singular, convirtiéndose en una moderna zona 'chill out' que combina tradición y confort. Esta transformación es parte de O Balcón do Oitavén (en Chaín), un alojamiento rural destacado que apuesta por unir la historia de Galicia con la comodidad contemporánea.
El hórreo, que antaño servía como almacén para guardar el grano y otros productos del campo, ahora se ha reinventado como un espacio moderno para el descanso y la desconexión. Elevado sobre sus tradicionales pilares de piedra y madera, el hórreo conserva su esencia original, pero sorprende con su nuevo uso: una zona con mobiliario cómodo, vistas espectaculares y un ambiente diseñado para relajarse y disfrutar del paisaje natural que rodea la finca.
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O Balcón do Oitavén
O Balcón do Oitavén asegura ser más que un alojamiento, un proyecto cargado de simbolismo. Patricia, su creadora, decidió rehabilitar la casa familiar construida hace cinco generaciones, transformándola en un refugio vacacional que combina tradición, sostenibilidad y diseño. La pandemia de 2020 marcó un punto de inflexión en su vida, llevándola a reencontrarse con sus raíces y a concebir este espacio que ahora es un puente entre su pasado y el presente.
La finca no solo destaca por su hórreo reinventado, sino también por su ubicación, sus vistas impresionantes y las comodidades que ofrece: una casa totalmente equipada para familias o grupos, conexión Wi-Fi de alta velocidad, senderos para actividades al aire libre, y la posibilidad de disfrutar de una estancia con mascotas bajo petición.
Tradición que sorprende
El hórreo-chill out se ha convertido en el emblema de esta experiencia rural auténtica. No son poco los influencers que se han trasladado hasta allí para grabar llamativos vídeos y tomar fotos muy "instagrameables". En lugar de ver un antiguo almacén agrícola, los huéspedes encuentran un rincón pensado para el relax, donde pueden disfrutar del atardecer sobre el valle o desconectar con una copa de vino en un ambiente íntimo y cuidado hasta el más mínimo detalle.
Este peculiar uso del hórreo refleja la filosofía de O Balcón do Oitavén: honrar las tradiciones gallegas mientras se adaptan a las necesidades y gustos modernos. "Dicen que las piedras no hablan, pero en OBDO sucede todo lo contrario. Cada piedra esconde una historia detrás", señala Patricia, cuya historia familiar se siente en cada rincón de este espacio único.
O Balcón do Oitavén se presenta como una experiencia que invita a redescubrir Galicia desde un prisma innovador, en el que la historia y la modernidad conviven de manera armónica.
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