Una "puerta al infierno" o un banco sobre la Ría: cinco lugares únicos para descubrir en Galicia

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El verano avanza en Galicia. Con la comunidad gallega mejorando ante el duro impacto que supuso la quinta ola, el turismo local es uno de los mejores planes para disfrutar del periodo estival. En unas vacaciones marcadas por destinos más habituales como Cíes o el denominado como "mejor banco del mundo" en Cedeira, en Metropolitano.gal queremos volver a proponerte estos cinco lugares diferentes, singulares y llenos de encanto en la provincia de Pontevedra. Con cinco lugares que no puedes perderte en Galicia, tesoros que se convierten en los mejores embajadores de una naturaleza única como la que tenemos en Galicia.

MAPA Al final del texto tienes un mapa con la localización de cada lugar

Mirador del monte Paralaia, en Moaña

Vista del banco y cruz del mirador del monte Paralaia en Moaña.

Los concellos de Moaña y Bueu comparten un mirador espectacular en lo alto del monte Paralaia. Una enorme cruz de madera y desde hace algún tiempo también un banco marcan la cumbre de este lugar. Desde aquí se observa todo el valle de Moaña, la ría en su plenitud, con las islas Cíes en su boca, y Vigo ciñendo el otro lado.

Al mirador se llega con un paseo desde el Área recreativa del leñador, en Moaña, también llamada Monte Abierto. Aquí se puede dejar el coche para después tomar el camino que asciende hacia el monte. Tras media hora de caminata tranquila, a mano izquierda y con un giro de 180º se encara un segundo sendero. Este desemboca a espaldas de la gran cruz, que se divisa desde el centro de Moaña, y el banco, también de madera. Además de disfrutar una vista limpia de la ría, a la izquierda también se observa el monte Faro de Domaio, que con más de 600 metros es el punto más alto de la península de O Morrazo.

Playa nudista de Barra, Cangas

Playa de Barra

Si nunca has probado a nadar desnudo o desnuda, estás tardando mucho. La playa nudista de Barra, en Cangas, es el entorno idóneo para atreverse.

El arenal se encuentra entre el área de Liméns y la Costa da Vela y comparte características con todas las playas de esta zona: arena fina y blanca, arenal amplio (30 metros de anchura y casi 800 de largo), pinares que ayudan a mantener la privacidad y su carácter natural y aguas impolutas.

Parque infantil Aldea de los Grobits, O Grove

Una de las casas de la aldea Grobit de A Toxa. // Turismo Rías Baixas

La isla de A Toxa, conocida por sus aguas curativas, ha aumentado su encanto con un parque infantil y Aldea Grobit. ¿Qué es un grobit? Un ser muy parecido a los hobbits de El Señor de los anillos, pero nacidos en O Grove.

Esta aldea tiene varias casas de pequeño tamaño en las que los niños pueden entrar para ver cómo viven estos seres. Para encontrar estas peculiares moradas, se deben seguir las pistas que los grobits han dejado en forma de troncos pintados de colores. Los construcciones se integran en el centenario pinar de la isla, que además de grobits es refugio para burros, una especie en peligro de extinción, la cual dio fama a la isla. Y es que según se cuenta, fue un burro malherido y abandonado en A Toxa el que puso el foco sobre estas aguas curativas, pues apareció al cabo de unos días bien lozano.

Área arqueológica de Tourón, Ponte Caldelas

Detalle del petroglifo de Laxe das Cruces, en Tourón. // Lansbricae

El Concello de Ponte Caldelas alberga una de las zonas de mayor concentración de petroglifos de Galicia. El área arqueológica de Tourón tiene 15 hectáreas repletas de grabados. Se dividen en cinco estaciones diferentes y en cada una de ellas se pueden observar diversos motivos, desde trísqueles a cazuelas, con mucha facilidad. Quizás uno de los más espectaculares sea el gran ciervo que se observa en la estación denominada Laxe das Cruces. Estos grabados en piedra rondan los 4.000 años de antigüedad y se observan todavía mejor a la luz de una interna en la oscuridad.

El recorrido está señalizado, con paneles explicativos y pasarelas de madera para hacerlo más accesible, pero también se pueden reservar visitas guiadas por 2 euros.

Pozo do inferno, Crecente

Cascada que se vierte en el Pozo do inferno, en Crecente. // Concello de Crecente

El río Ribadil es uno de los múltiples afluentes del Miño. Nace en A Cañiza y desciende por el Concello de Crecente. En este municipio las caídas de agua se vierten en pozas que permiten refrescarse y a través de su cauce se descubre el mirador de O pozo do inferno, donde se precipita el agua de una hermosa cascada  Esta zona fue habilitada en 2018 con pasarelas de madera que facilitan el acceso, así como con señalización.

Todo este espacio está considerado Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) del Baixo Miño, que abarca toda la ribeira gallega del Miño. Además, también se integra dentro de la Red Natura 2020, cuyo objetivo es conservar la biodiversidad de las zonas verdes europeas.

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